17 citas ingeniosas de Jane Austen sobre la vida, el amor y la amistad

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Jane Austen fue una autora inglesa, más conocida por sus destacadas novelas Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad y Emma.

Hay poca información biográfica sobre la vida de Austen. Escribió miles de cartas a su familia, pero su hermana mayor, Cassandra, decidió quemar o romper la mayoría de ellas. Cassandra creía que era mejor que los controvertidos comentarios y opiniones de Jane quedaran a salvo del público.

Así que Jane empezó a publicar su obra de forma anónima a los 30 años. Sólo los miembros de su familia y unos pocos amigos cercanos sabían que ella era la autora. Su hermano, Henry, finalmente reveló su identidad al público después de su muerte.

Escritas «por una dama», las historias de Austen suelen girar en torno a mujeres que dependen de su matrimonio para alcanzar la estabilidad económica y una posición social deseada. Su combinación de ironía, romanticismo y realismo le ha valido un lugar entre los clásicos que conocemos hoy en día.

Aquí tienes 17 citas de Jane Austen que te harán reflexionar sobre las alegrías de la vida:

Una persona puede ser orgullosa sin ser vanidosa. El orgullo se relaciona más con la opinión que tenemos de nosotros mismos, la vanidad con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.

Hay una terquedad en mí que nunca puede soportar ser asustada por la voluntad de los demás. Mi valor siempre se levanta ante cualquier intento de intimidarme.

La amistad es ciertamente el mejor bálsamo para los dolores del amor decepcionado.

Ríete todo lo que quieras, pero no te reirás de mi opinión.

Da a una chica una educación e introdúcela adecuadamente en el mundo, y diez a uno que tiene los medios para establecerse bien, sin más gastos para nadie.

No hay encanto igual a la ternura del corazón.

Rara vez, muy rara vez, la verdad completa pertenece a cualquier revelación humana; rara vez puede suceder que algo no esté un poco disfrazado, o un poco equivocado.

Lo que es justo hacer, no puede hacerse demasiado pronto.

No quiero que las personas sean muy agradables, pues eso me ahorra la molestia de gustarles mucho.

Cuando una opinión es general, suele ser correcta.

Si te quisiera menos, podría hablar más de ello.

Los que no se quejan nunca se compadecen.

Hay personas, que cuanto más hagas por ellas, menos harán por sí mismas.

Todo el privilegio que reclamo para mi propio sexo (no es muy envidiable: no hay que codiciarlo), es el de amar más tiempo, cuando la existencia o cuando la esperanza se ha ido!

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