Los funerales o soushiki en Japón suelen seguir las costumbres budistas. Poco después del fallecimiento de un ser querido, la familia del difunto celebra un servicio fúnebre en un templo, en una sala funeraria o en la casa del difunto durante dos días consecutivos. El primer día es el velatorio u otsuya, en el que la familia, los parientes, los amigos y los colegas se reúnen para pasar una noche presentando sus últimos respetos al fallecido. El día siguiente es el servicio fúnebre propiamente dicho, llamado kokubetsushiki, en el que la gente da su último adiós al difunto, tras lo cual el cuerpo es incinerado. En ambos días, un sacerdote budista está presente para recitar una oración.
Si se asiste a un funeral japonés es importante no destacar y ser respetuoso con la familia del fallecido. Aquí hay tres cosas que hay que tener en cuenta cuando se asiste a un funeral japonés:
Se espera que las personas que asisten al funeral acudan con un atuendo negro liso. Los hombres deben llevar un traje negro con una camisa blanca y una corbata negra; las mujeres deben acudir con un vestido negro liso o un kimono. A excepción de pequeños objetos de joyería como perlas sencillas y anillos de boda, no se permite llevar maquillaje ni accesorios pesados. Los objetos como los zapatos, los bolsos e incluso los paraguas que se lleven al servicio deben ser también de color negro. Se permite que los alumnos lleven su uniforme escolar, aunque tan formal como lo permitan. La actitud general debe ser la de no llevar ropa o accesorios que puedan destacar y llamar la atención.
También es costumbre dar una ofrenda de dinero para el fallecido llamada koden, que se coloca dentro de un kodenbukuro, un sobre blanco especial con una cinta negra, plateada o blanca. La cantidad de dinero que se entrega puede oscilar entre 3.000 y 30.000 yenes (excepto 4.000 yenes, ya que el número 4 se considera de mal agüero), dependiendo de la relación del doliente con el fallecido y la familia. El koden debe evitar tener el número 4 en él, ya que se considera un mal presagio.
A su vez, la familia del fallecido enviará un kodengaeshi, que es un regalo que reconoce la presencia del invitado y su amabilidad durante los momentos difíciles de la familia. El importe del kodengaeshi puede ser hasta la mitad del importe del koden entregado.
Al igual que en otros países, los invitados ofrecen sus condolencias a la familia afligida. Para dar el pésame en japonés, hay que decir «Kono tabi wa makoto ni goshushosama desu», o «Okuyami moshiagemasu»
Como se ha mencionado anteriormente, un sacerdote budista pronuncia un canto, en el que se espera que los visitantes escuchen, se mantengan quietos y en silencio. A algunos invitados se les puede pedir que ofrezcan una oración y que enciendan el quemador o la varilla de incienso.
Además, cuando se les pide que se unan a la familia para comer o beber, los invitados deben aceptar la invitación. Sin embargo, se considera de mala educación comer como si se tratara de una celebración o fiesta. Además, se debe decir «kenpai» al hacer un brindis y no «kanpai», que solemos escuchar en las reuniones alegres.
Poner atención a las costumbres sociales en un funeral es una de las cosas importantes que debemos hacer, especialmente en Japón, donde la etiqueta es muy observada. Es importante seguir estas normas y ofrecer nuestras profundas condolencias a las familias afligidas. Como cada país tiene diferentes puntos de vista y comportamientos respecto a la muerte, también es necesario preguntar a los demás al respecto y ser conscientes de lo que hacemos. Al fin y al cabo, los funerales son ceremonias solemnes que deben tratarse con respeto.