5 factores desencadenantes del trastorno afectivo estacional en verano

Con días más cortos y temperaturas frías que dificultan la absorción de la tan necesaria vitamina D de la luz natural, los meses de invierno son los culpables habituales de la depresión.

Pero la depresión estacional también puede aparecer en verano, una época en la que descansar en la piscina o trabajar en el jardín podría, supuestamente, levantar el ánimo.

«Las personas con antecedentes de depresión pueden tener un episodio en cualquier momento; la depresión no funciona como un reloj», dice la doctora Michelle Riba, profesora clínica de psiquiatría en la Universidad de Michigan y directora asociada del Centro de Depresión de la U-M.

El trastorno afectivo estacional se produce más comúnmente a finales del otoño y principios del invierno y termina en la primavera. Los síntomas incluyen problemas para dormir, pérdida de peso, falta de apetito y ansiedad.

Riba habló más sobre las particularidades del trastorno afectivo estacional de inicio en verano y ofreció consejos que pueden ayudar.

¿Qué tan común es el trastorno afectivo estacional en verano?

Riba: Tener depresión estacional en verano no es tan común como la depresión en invierno, pero los profesionales de la salud mental sí lo ven. En el caso de las personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno bipolar, los episodios maníacos alcanzan su punto álgido en primavera y verano.

Hay algunos desencadenantes específicos asociados a él, entre los que se incluyen:

Cambios de horario: Las personas con ocupaciones estacionales, como los profesores, pueden sentirse desubicados debido a la pérdida de estructura en el verano. Incluso los pequeños cambios de horario pueden afectar a la salud mental. Para los trabajadores de oficina, el flujo de trabajo puede cambiar. Si otras personas están fuera, usted puede hacer un trabajo extra para compensar.

Vacaciones: Normalmente, se piensa en las vacaciones como algo relajante y calmante, pero para algunas personas pueden causar mucha ansiedad y estrés. Es posible que le preocupe gastar demasiado dinero mientras está de vacaciones, y estar con ciertos miembros de la familia podría ser difícil o estresante.

Asuntos psicosociales: ¿Ha habido recientemente un divorcio en la familia? Los hijos y los padres pueden estar cambiando de lugar, lo que puede causar mucho estrés.

Patrones de luz: A veces, el aumento de las horas de verano puede desconcertar a la gente. Los horarios de sueño pueden verse afectados.

Eventos sociales: Al haber más eventos sociales en verano, hay más oportunidades de asistir a barbacoas u otras reuniones en las que se suele servir alcohol. Tomar demasiadas bebidas alcohólicas puede contribuir a sentirse deprimido.

¿Cuáles son algunas formas de ayudar a mejorar el estado de ánimo?

Riba: En primer lugar, evaluar el propio historial de depresión estacional. ¿Las vacaciones de verano muestran una estabilización del estado de ánimo o tienden a provocar cambios? Ser consciente de esos posibles cambios puede ayudar a manejarlos mejor.

Luego, piense en cómo prevenir una recurrencia. La gente suele estar encantada cuando se acaba el colegio en verano y luego se le hace un nudo en el estómago cuando piensa en volver en otoño. Es importante pensar en estas situaciones y tener en cuenta los desencadenantes del estado de ánimo, e intentar detener un problema antes de que empiece.

Por último, pida una cita para ver a un profesional de la salud mental si experimenta un cambio en el estado de ánimo durante dos semanas o más.

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