5 maneras de enseñar a los niños a no ser ingenuos

Hace poco mi mujer estaba fuera con nuestros hijos cuando un tipo en la calle gritó la «palabra con F». Cuando mi hijo de ocho años preguntó qué había dicho, mi mujer respondió: «Una palabra que no debería haber dicho». Mi hijo preguntó qué palabra. Ella tenía que tomar una decisión, decírselo y explicárselo o no decírselo. Decidió decírselo. Así comenzó una lección de vocabulario de varias semanas con nuestros hijos sobre las palabrotas: Qué son, de dónde vienen y por qué no son apropiadas para ellos. Desde entonces, nuestros hijos han oído a los niños del vecindario decir palabrotas, lo que ha provocado más discusiones.

Es importante que los padres eduquen a sus hijos sobre el mundo, especialmente sobre las partes feas.

Es importante que los padres eduquen a sus hijos sobre el mundo, especialmente sobre las partes feas. No quiero que nadie les diga a mis hijos: «Qué ingenuos sois». Personalmente, prefiero informar a mis hijos sobre los males del mundo antes de que los experimenten. Así están preparados en lugar de ir por el mundo con ingenuidad. He aquí 5 maneras de enseñar a tus hijos a no ser ingenuos.

Ser una familia bien informada.

Leer un periódico diario. Suscríbase a un par de publicaciones periódicas para niños que estén orientadas a las noticias y no a los chismes y la basura. Si la televisión forma parte de la dieta de los niños, exija algunos programas de noticias como parte de la mezcla.

Entregue a sus hijos en un diálogo constante.

Esté preparado (y lo suficientemente informado) para hablar de la actualidad con sus hijos. Dirija la conversación. Haga que sea divertido estar «al tanto» de la actualidad. Tenga un mapamundi en la cocina o en el comedor y haga que la geografía mundial y la actualidad formen parte de una conversación continua.

Mantenga las líneas de comunicación abiertas y frescas.

No se permita ser ajeno a lo que ocurre en la vida de sus hijos. Eso significa que no sea usted ingenuo. Cultive una cultura de apertura en la que comprobar las cosas con «los padres» sea algo normal. Sé una parte esperada de su base de conocimientos. Esto empieza por iniciar la conversación desde el principio. No espere a que experimenten algo para sacarlo a colación.

Enseñe un nivel saludable de escepticismo.

Enseñe a los niños a cuestionar todo, respetuosamente, y a aplicar los principios de rigor académico a todas sus interacciones y conversaciones. La credulidad también es una condición cultivada. Estar prevenido es estar prevenido. Ayude a sus hijos a mantener la guardia alta de una manera respetuosa y no argumentativa. Asegúrese de que escuchen historias sobre situaciones de engaño, y que sean conscientes de que la ingenuidad es innecesaria.

Aprenda con sus hijos.

Hágales ver a los niños que mamá y papá también están siempre aprendiendo. La arrogancia o las declaraciones de «yo nunca caería en eso» pueden hacer que sus hijos sean tímidos a la hora de abrirse o hacer preguntas. Una cultura familiar en la que el aprendizaje es una disciplina continua para todos no sólo es una protección contra la ingenuidad, sino también un gran paso hacia el éxito en la escuela, la universidad y la vida.

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