Un techo pintado a mano con escenas celestiales cubre las estanterías de libros de la segunda planta de Albertine, una librería situada en el Upper East Side de Manhattan.
Es una vista de ensueño, donde los planetas y los símbolos del zodiaco atraen a los visitantes a un mundo en el que la ciencia y la poesía se mezclan a la perfección. Por impresionante que sea, la obra de arte queda eclipsada por la verdadera estrella de la tienda: su amplia colección de libros franceses.
Albertine es la prueba física de la dedicación del gobierno francés a fomentar el intercambio intelectual entre franceses y estadounidenses. Es un refugio tanto para los francófonos como para los bibliófilos. La librería, patrocinada por los Servicios Culturales de la Embajada de Francia, se puso en marcha en 2014 en la histórica Mansión Payne Whitney. Contiene más de 14.000 libros de 30 países francófonos y es la única tienda de Nueva York dedicada íntegramente a libros impresos en francés e inglés.
Es un espacio precioso, un respiro tranquilo de la bulliciosa ciudad. Además de su techo estelar, la librería está adornada con bustos de figuras célebres de la cultura francesa y franco-americana, como Descartes y Benjamin Franklin, y una sala veneciana con espejos del suelo al techo. En la entrada del edificio se encuentra una réplica de la escultura del Joven Arquero de Miguel Ángel. Su predecesora, que se cree que es una obra original de Miguel Ángel, fue prestada al Museo Metropolitano de Arte después de décadas de ser ignorada.
Los visitantes pueden entrar en la tienda y examinar su amplio stock de títulos literarios. Albertine también organiza debates, discusiones y lecturas abiertas al público.