Historia
Las fresas tienen una rica historia, casi tan rica como su dulce y suculento sabor que la gente lleva saboreando desde la época de los romanos, informó la revista BBC Good Food. Hubo incluso una época en la que se creía que estas bayas eran tan suntuosas que se reservaban sólo para la realeza y los recién casados.
Estas bayas deliciosamente dulces y jugosas se han disfrutado desde los tiempos de los romanos.
En 1714, un ingeniero francés destinado en Sudamérica se dio cuenta de que las fresas cultivadas en Chile y Perú eran mucho más grandes que las que había visto en Europa. Al traerse una planta pequeña para cultivarla en su país, dio con un híbrido de la fresa dulce, rolliza y jugosa que hoy se cultiva en todo el mundo.
Beneficios de las fresas para la salud
La dieta y el plan de alimentación de Pritikin aconsejan comer cuatro o más raciones de fruta natural y entera al día. Las fresas, especialmente, son una gran opción de fruta por los excelentes beneficios que aportan a la salud. Estas bayas con forma de corazón son una gran fuente de vitamina C, según la revista Eating Well. De hecho, puedes obtener el 163% de tu dosis diaria de vitamina C con una taza de fresas cortadas en rodajas que sólo aportan 46 calorías, lo que convierte a las fresas en una fruta de baja densidad calórica. Esa taza también puede aportar el 9% del valor diario de vitamina B, el folato, y el 12% del valor diario de fibra. Al ralentizar la digestión, se cree que la fibra junto con la fructosa puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre.
«Las fresas están llenas de vitamina C, fibra y potasio.»
«Son una de esas frutas que son estupendas por su valor nutricional», dijo el chef Anthony de Pritikin.
Ricas en polifenoles, las fresas pueden ayudar a promover la salud de los dientes evitando las enfermedades de las encías y las caries. Estas bayas también aportan una alta dosis de otros elementos esenciales, como el ácido fólico, el manganeso y el potasio, informó la BBC Good Food.
Cómo comprar fresas
La baya más cultivada en Estados Unidos, las fresas tienen una temporada de crecimiento muy larga, que va desde enero hasta noviembre. Cultivadas en todos los estados del país, la temporada de cultivo puede ser ligeramente más corta o más larga dependiendo del clima de la región. Sin embargo, independientemente de la región, el momento ideal para comprar fresas es durante su apogeo, entre los meses de abril y junio, según About Local Foods. Para el primer mes del verano, casi se puede garantizar que estas bayas tendrán un tono rojo de camión de bomberos maduro.
«En esta época del año, las fresas están en su mejor momento», dice el chef Anthony. «Lo sabrás porque tienen un color más brillante».
Las fresas deben ser regordetas, firmes y de color rojo brillante.
Al seleccionar las bayas en el mercado agrícola local o en la tienda de comestibles, BBC Good Food aconseja elegir las que parezcan brillantes con un tono rojo oscuro y una tapa verde brillante. Deben ser firmes y gordas. Evite las fresas con manchas o cualquier signo de moho. Es importante saber que una vez que estas frutas han sido recogidas de su cepa, no crecerán ni madurarán más, así que no compre las de color blanco apagado o amarillo.
Cómo conservar las fresas
El Almanaque del Viejo Agricultor informa de que las frutas rojas con semillas son mejores cuando se conservan sin lavar en el frigorífico de tres a cinco días, aunque pueden congelarse hasta tres meses. Para conservar mejor la mayor cantidad de vitaminas, esta fruta debe guardarse entera en el frigorífico, señala Eating Well. Cortar o aplastar las fresas antes de congelarlas puede restarles algunos de estos nutrientes. Cuando estén listas para su consumo, deben lavarse suavemente y disfrutarse a temperatura ambiente.
Cómo comer fresas
Las fresas son una de esas frutas que se disfrutan mejor con la mano en cuanto se recogen de la planta. En Pritikin, el chef Anthony realza muchos de sus platos con estas jugosas bayas. Las utiliza principalmente en postres como la popular mousse de chocolate con fresas, pero también en platos salados. Uno de los platos más excitantes de su menú, que contiene fresas, es un giro único y creativo de un plato clásico: el puré de patatas con fresas. Aunque la mayoría de los comensales se quedan perplejos al principio con este tipo de combinaciones, Anthony conoce el secreto.
«Mi filosofía en la cocina es que si te gustan los ingredientes, cuando los combinas hay muchas posibilidades de que te encanten», dijo. «Pensamos fuera de la caja tradicional, pero una vez que los prueban se emocionan mucho»
Esto es especialmente cierto en el caso de las fresas. Anthony y su equipo han desarrollado una reducción balsámica de fresas, una compota de fresas con vinagre, así como un puré que se suele servir con bisonte, por nombrar algunos. Frescas, enjuagadas y cortadas en rodajas, estas bayas brillantes y fragantes pueden añadirse al yogur o a los cereales, a las ensaladas de hojas verdes, a los platos principales de la cena e incluso a los postres. Como le gusta decir al chef Anthony, «¡es una fruta a la que hay que recurrir porque combina bien con casi todo lo que se quiera!»
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