Los gatos son los snobs de la comida del mundo animal, y a menudo son notoriamente exigentes. Algunos sólo comen una determinada marca de comida húmeda, otros se mueren de hambre hasta que se les sirve precisamente la proteína adecuada.
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También son verdaderos carnívoros, lo que significa que obtienen la mayoría de sus nutrientes de la carne y los órganos de los animales, a pesar de que han evolucionado para digerir pequeños trozos de materia vegetal (es decir, lo que había en el estómago de su presa en la naturaleza).
Sin embargo, estos carnívoros quisquillosos son también nuestras queridas mascotas, que viven y comen junto a nosotros en nuestros hogares, y puede ser difícil separar nuestras propias necesidades dietéticas omnívoras de las de nuestros compañeros carnívoros. Los errores ocurren.
Uno de los errores más comunes que cometen los propietarios bien intencionados con la dieta de sus gatos es la sobrealimentación. Aunque los gatos gordos son adorables, también son más propensos a enfermar. Un gato con sobrepeso tiene más riesgo de padecer diabetes, artritis e incluso infecciones del tracto urinario que un gato de peso normal. La mayoría de los veterinarios coinciden en que los gatos necesitan entre 25 y 35 calorías al día por kilo para mantener un peso saludable, y la mayoría de esas calorías deben proceder de la carne y no de golosinas grasientas.
Otro error es olvidar las necesidades dietéticas de un gato. Si un gato disfruta con un determinado tipo de comida, como la comida para perros o el atún en lata, y rechaza otras cosas, puede ser fácil ceder y dejar que el gato coma lo que quiera. Sin embargo, los gatos necesitan proteínas y vitaminas específicas para mantenerse sanos, por lo que apaciguar a su gato con alimentos inadecuados podría ponerlo muy enfermo.
Hay muchas cosas sorprendentes en su cocina que pueden enfermar a su gato, por lo que hemos recopilado la siguiente lista de errores comunes que la gente comete al alimentar a los gatos para mantener a su amigo felino feliz y sano durante muchos años.
Carne cruda
Los gatos evolucionaron en la naturaleza comiendo carne cruda, así que qué malo puede ser, ¿verdad? En realidad, no es tan sencillo. Los gatos están expuestos a las mismas toxinas transmitidas por los alimentos (como la E. coli) que los humanos, por lo que dejarles mordisquear un poco de carne picada del supermercado local es tan peligroso como si lo hicieras tú mismo. La carne cruda del supermercado no es lo mismo que la carne fresca.
Leche
Nada se asocia más comúnmente con los peludos gatos domésticos que un plato de leche caliente, pero lo crea o no, la mayoría de los gatos adultos son intolerantes a la lactosa. La leche de vaca contiene más lactosa que la mayoría de las otras leches y es probable que cause malestar estomacal en los gatos. Sin embargo, la leche sin lactosa de Lactaid está bien para que su gatito se dé un capricho.