¿Existen en el mundo real los pliegues cutáneos como los del hombre Michelin?
Un bebé de cinco días de edad fue llevado al servicio de consultas externas con quejas de pliegues cutáneos generalizados. El bebé era producto de un matrimonio no consanguíneo de una pareja iraquí. Los pliegues no habían retrocedido desde el nacimiento.
El período prenatal no presentaba ninguna novedad, y el parto tampoco. La madre no cumplía con sus cuidados prenatales. No había antecedentes de quejas similares en ninguno de los padres ni en sus familias.
El bebé pesaba 2,8 kg al nacer, y su longitud era de 50 cm.
En la exploración, se observaron múltiples pliegues cutáneos profundos, bilateralmente simétricos, en el tronco y las extremidades superiores e inferiores. El resto de la exploración y la revisión de los sistemas fueron normales. No se encontraron otras lesiones cutáneas en la exploración. El examen abdominal no reveló ninguna organomegalia.
La ecografía abdominopélvica también fue normal.
Se realizó un diagnóstico de síndrome del bebé con neumáticos Michelin (MTBS).
Los padres del bebé se negaron a proceder al examen histopatológico de la piel, por lo que se decidió programar visitas frecuentes para controlar la evolución de los pliegues cutáneos.
Durante las visitas de los días siguientes, el edema periorbital se había reducido, pero no había cambios en los pliegues de la piel.
El síndrome del bebé de neumáticos Michelin (MTBS) es un trastorno raro que ha recibido el nombre de la mascota de un fabricante de neumáticos francés, el hombre Michelin. La enfermedad se caracteriza clínicamente por lesiones múltiples, simétricas, anulares y circunferenciales en el tronco, las extremidades y el cuello. Podría conocerse también como síndrome de Kunze-Riehm.
Por lo general, los pacientes son asintomáticos y, en unos pocos casos, las lesiones también se resuelven espontáneamente. Sin embargo, varias anomalías congénitas se asocian con el SMT; por lo tanto, es imperativo examinar otros signos físicos y un cariotipo para ayudar a descartar las anomalías cromosómicas y manejar las anomalías asociadas con él. Es esencial remitir al paciente a neurólogos, oftalmólogos, cardiólogos, cirujanos plásticos y otorrinolaringólogos para que lo evalúen a fondo.
Además, no existe un tratamiento para el SMT en sí mismo. El asesoramiento, la tranquilidad y la observación siguen siendo los pilares del tratamiento.