El ruido y la furia
El libro generalmente considerado como la obra maestra de Faulkner, El ruido y la furia (1929), está escrito en un estilo que difiere de la mayoría de las novelas de la época. Utiliza un método de flujo de conciencia (en el que el autor deja que sus pensamientos fluyan libremente), creando una forma de pensamiento diferente en cada una de sus cuatro secciones. La novela registra el desmoronamiento de la familia Compson, lo que sirve para sugerir un desmoronamiento de las costumbres sureñas del pasado. Cada sección se desarrolla en un solo día; tres secciones están ambientadas en 1928 y una en 1910. Las dificultades comienzan con el hecho de que la sección ambientada en 1910 está colocada en segundo lugar en el libro, mientras que las otras tres ambientadas en 1928 no están en el orden en que ocurren durante su lapso de tres días.
La sección de Benjy (7 de abril de 1928) es la más difícil de leer. Debido a que el discapacitado mental Benjy vive en un estado donde las cosas rara vez cambian, su informe es puramente físico, y el lector debe averiguar su propio orden del tiempo. Sin embargo, Faulkner da dos ayudas: el recurso de señalar los cambios de tiempo alternando el tipo de letra entre negrita y cursiva, y las diferentes personas que atienden a Benjy.
Del informe desordenado de Benjy surge la información de fondo de la novela. Tiene treinta y tres años y está al cuidado constante de un joven afroamericano llamado Luster. Benjy está preocupado por la ausencia de su hermana, Candace, aunque ésta lleva dieciocho años fuera de la casa. El hijo mayor, Quentin, fue enviado a Harvard, donde se suicidó. La señora Compson es una mujer autocompasiva; el señor Compson es un borracho; el tío Maury es un mujeriego; Candace carece de moral y, a su vez, su hija, llamada confusamente Quentin (por su tío muerto), también es moralmente floja.
Irónicamente, el Compson más sensible e inteligente, Quentin (cuyo día en la novela es el 1 de junio de 1910), comparte la obsesión de Benjy por su hermana. Candace y el pasado dominan la sección de Quentin, que se sitúa en Boston el día en que se suicida. Le oprime saber que Candace, embarazada, va a casarse con un banquero del norte. El próximo matrimonio es la razón de su estado suicida.
Jason, el tercer hermano Compson, cuyo día en la novela es el 6 de abril de 1928, es uno de los grandes villanos cómicos de la literatura. Tiene un odio irracional y celoso hacia Candace. Convertido en cabeza de familia, se queja de sus responsabilidades como tutor de la hija de Candace, Quentin, mientras roba sistemáticamente el dinero que Candace envía para su cuidado. Jason es codicioso, astuto y sólo se preocupa por el dinero y las posesiones. Lo que lo hace gracioso es su autocompasión. La falta de alma de Jason es evidente en todos sus hábitos. No deja huella en nada y vive totalmente en el presente, lo que sirve para representar el Nuevo Sur.
La sección final de la novela, la única narrada en tercera persona, ofrece el punto de vista de la vieja y sensata sirvienta negra, Dilsey (su día es el 8 de abril de 1928). Como ocurre con otros personajes afroamericanos de Faulkner, su presencia es principalmente práctica: su sensatez y solidez señalan el egoísmo y el ensimismamiento de los personajes blancos. En esta sección Jason se encuentra con una derrota abrumadora. El principal supuesto de la novela es que el modo de vida sureño está condenado.