El equipo de reanimación, la monitorización y el personal deben estar inmediatamente disponibles antes de realizar este bloqueo. El bloqueo retrobulbar se realiza con el paciente sentado o en posición supina y mirando al frente. La cabeza debe mantenerse en posición neutral. Se inserta una aguja (calibre 22-27, 3 cm de longitud) en el borde inferolateral de la órbita ósea y se dirige hacia atrás hasta que haya pasado el ecuador del globo. A continuación se dirige medialmente y en sentido cefálico hacia el vértice de la órbita. En ocasiones se siente un «pop» cuando la punta de la aguja atraviesa el cono muscular que delimita el espacio retrobulbar. Tras una aspiración negativa de sangre, se inyectan 2-4 ml de solución anestésica local y se retira la aguja. La lidocaína al 2% (xilocaína) y la bupivicaína del 0,5% al 0,75% (marcaína) son dos agentes comúnmente utilizados. La epinefrina, comúnmente mezclada con los anestésicos locales para la vasconstricción, no se utiliza en los ojos que ven, ya que puede causar una oclusión de la arteria central de la retina. Una enzima, la hialuronidasa, suele ser un componente de la solución anestésica, ya que acelera y mejora la dispersión del agente. El bloqueo retrobulbar puede utilizarse con éxito para el trasplante de córnea, pero puede requerir un bloqueo suplementario del nervio facial. El bloqueo retrobulbar puede bloquear el músculo elevador del paladar pero no el orbicular. Se pueden utilizar varias técnicas de bloqueo del nervio facial junto con el bloqueo retrobulbar.