Cómo congelar croissants

Bryan Sander/Demand Media

Los croissants son pasteles mantecosos y hojaldrados que pueden servirse solos como desayuno, combinarse con sabores dulces para el postre o utilizarse para hacer sándwiches salados. Los croissants frescos tienden a ponerse rancios en tres días, así que ¿qué puede hacer si tiene un gran lote de croissants sobrantes? No tienes que comer croissants en cada comida ni tirarlos. En su lugar, puedes congelarlos. Utilizar el congelador para almacenar los alimentos puede ser una buena manera de evitar el desperdicio y ahorrar dinero. Si congelas los croissants correctamente, tendrán casi el mismo sabor que los frescos.

Coloca los croissants horneados y enfriados (o recién comprados) en una bandeja grande para hornear, asegurándote de que no se toquen. Ponga la bandeja en el congelador durante unas dos horas o hasta que los croissants estén firmes.

Saque los croissants del congelador y envuelva cada croissant individual en papel de aluminio. Coloque los croissants envueltos en una bolsa de congelación del tamaño de un galón y séllela.

Utilice un rotulador para etiquetar el contenido y escribir la fecha en la bolsa de congelación. Coloque la bolsa en posición horizontal en el congelador y guárdela hasta un mes.

Saque los croissants individuales del papel de aluminio y colóquelos congelados en una bandeja para hornear. Caliente los croissants congelados en un horno tostador (o en un horno normal a 325 grados) durante cinco minutos o hasta que se calienten.

Consejo

Los croissants deben congelarse dentro de los tres días siguientes a su horneado o compra para obtener los mejores resultados.

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