Escupir al hablar puede ser un problema embarazoso. Ya sea en una reunión de negocios o en una primera cita, las motas de saliva no suelen ser un añadido entrañable a una conversación. Por suerte, sin embargo, es un problema que puede mitigarse o resolverse de varias maneras. He aquí algunos consejos para hacerlo:
Tragar antes de hablar
A veces, escupir mientras se habla es simplemente una cuestión de acumulación excesiva de saliva en el período anterior a la conversación. En estas situaciones, simplemente tragar antes de hablar puede ayudar a aliviar el problema. También es un buen momento para escuchar y considerar los puntos a tratar.
Hable despacio y con calma
El discurso excitado y frenético aumenta la probabilidad de que la saliva le acompañe. Cuando se habla más rápido de lo normal, el equilibrio natural de los fluidos orales puede verse alterado, provocando una producción excesiva de humedad para puntuar las palabras que se dicen. Hablar deliberadamente y con calma puede evitar escupir, así que concéntrese en decir limpiamente cada palabra. Enuncie con claridad y preste atención a la velocidad a la que avanza la conversación.
Practica en el espejo
A veces, el problema es tanto psicológico como fisiológico. En estos casos, la confianza es una parte importante para superar el problema. Practicar la conversación, ya sea en vídeo o frente a un espejo, es útil para identificar cuándo y cómo surgen los problemas de escupir. Esta técnica puede proporcionar seguridad en sí mismo cuando se trata de conversaciones reales.
Reducir el azúcar
Comer demasiado azúcar puede estimular la producción de saliva. Si escupir al hablar se produce junto con una dieta rica en dulces, el culpable podría ser la comida. Reduzca los azúcares añadidos y observe si eso tiene un impacto positivo en el asunto.
Visite a un profesional
Si bien algunas de las causas de escupir al hablar son relativamente menores, otras tienen graves implicaciones para la salud. El Parkinson, la parálisis de Bell y la rabia pueden presentarse con un babeo o salivación excesivos, y requieren una intervención médica seria. Enfermedades menos graves, como el dolor de garganta, también pueden estar detrás de una mayor producción de saliva. En todos estos casos, lo más importante es acudir a un profesional médico que pueda ayudar a diagnosticar y tratar el problema. Cualquier escupitajo excesivo que vaya acompañado de dolor, parálisis facial o llagas debe ser tratado por un médico.