Calibán (La Tempestad)

Calibán
Nombre
Otros «Monstruo»
Información personal
Especie Desconocida (posiblemente un cambion)
Género Hombre
Lugar de origen «Isla de Propero»
Filiación Próspero
Relaciones Sícorax (madre)
Ocupación Sirviente
Estado actual Vivo
Biología
Tipo de cuerpo Humanoide
Dieta Omnívoro
Sentido Sentido
Sapiencia Sapiente
Entre las escenas
Universo La Tempestad
Creada por William Shakespeare

Calibán como se representa en Cuentos de Shakespeare

« Esta isla es mía, por Sycorax mi madre,
que me arrebatas. Cuando llegaste por primera vez,
me acariciaste y me hiciste mucho caso, me diste
agua con bayas en ella, y me enseñaste cómo
nombrar la luz más grande, y cómo la menos,
que arde de día y de noche: y entonces te amé
Y te mostré todas las cualidades de la isla,
Los manantiales frescos, los pozos de salmuera, el lugar estéril y el fértil:
¡Maldito sea yo que lo hice! Todos los encantos
De Sycorax, sapos, escarabajos, murciélagos, se encienden sobre ti:
Porque yo soy todos los súbditos que tienes,
Que primero fue mi propio rey: y aquí me acuestas
En esta dura roca, mientras me ocultas
El resto de la isla.
«
– Calibán, La Tempestad, Acto I, Escena II

Calibán es una criatura -descrita por la mayoría como un monstruo- nacida en una isla desconocida. Es hijo de la malvada bruja argelina Sycorax, que fue exiliada a la isla cuando quedó embarazada y murió en algún momento después de dar a luz. Más tarde se convirtió en sirviente del mago Próspero y de su hija Miranda, que enseñó a Calibán a hablar y lo trató con respeto y amabilidad hasta el día en que intentó violarla. Después de eso, Calibán fue tratado como escoria por sus amos y se volvió odioso hacia ellos.

Los artistas y las producciones escénicas a lo largo de los siglos han proporcionado muchas interpretaciones diferentes de Calibán, algunas lo presentan como un humanoide reptiliano, pisciano o bestial y otras como un ser humano meramente deforme pero por lo demás normal.

Biografía

La madre de Calibán era una bruja depravada condenada a la pena capital en Argel. Sólo porque estaba embarazada se le perdonó la vida y en su lugar fue exiliada a la isla. A su corta edad, Calibán fue criado por su madre. Cuando ella murió, se quedó solo hasta la llegada de Próspero y Miranda. Su relación con ellos fue buena al principio, e incluso compartieron refugio, hasta el día en que intentó violarla. Próspero se lo impidió y lo desterró de la cueva, condenándolo a vivir en una costa rocosa. Calibán llegó a estar resentido con Próspero y a menudo le maldecía.

Muchos años después, Próspero ordenó a Ariel que creara la tempestad que hundiría el barco que transportaba al rey de Nápoles, Alonso, y a su grupo, encallándolos temporalmente en la isla. Calibán se encuentra con Trínculo, el bufón del rey, y al principio le tiene miedo, ya que confunde a Trínculo con uno de los espíritus de Próspero enviados para atormentarle por ser demasiado lento a la hora de llevar la madera que Próspero le ordenó traer. Pronto se les une el mayordomo borracho Stephano, que le da vino a Calibán y es venerado como una figura divina por él. Calibán queda tan impresionado por la bebida que jura lealtad a Estéfano como su nuevo amo y le pide que mate a Próspero, prometiéndole a Estéfano que si lo hace podrá tener a Miranda para él y gobernar la isla con ella como su reina y Calibán y Trínculo como sus virreyes.

Ariel, que había estado escuchando en secreto la conversación, advierte a Propero del peligro y utiliza sus trucos mágicos para crear discordia entre el grupo de Calibán. Más tarde hace que se hundan en un estanque, arruinando sus ropas y perdiendo su botella de vino, lo que les enfada mucho. Cuando el trío llega por fin a la cueva de Próspero, éste los distrae fácilmente con ropas elegantes con las que los vanidosos Estéfano y Trínculo quedan encantados, para desesperación de Calibán, que insiste en que deben darse prisa antes de que Próspero los descubra y los castigue con su magia. Sus advertencias son inútiles y, efectivamente, Ariel y Próspero sueltan a los perros para que los persigan.

Al final, Calibán es perdonado, al igual que todos los enemigos de Próspero, ya que éste afirma que la piedad es una actitud más noble que la venganza. Calibán llega a darse cuenta de lo insensato que fue adorar a un borracho como Estéfano.

No se sabe si acompañó a Próspero y a los demás de vuelta al continente o se quedó solo en la isla después de su partida, aunque esto último parece mucho más probable.

Aspecto físico y orígenes

El aspecto de Calibán no ha sido descrito con detalle y ha sido objeto de muchas especulaciones a lo largo de los siglos. Definitivamente es un ser grotesco, ya que todos los personajes que lo conocen lo describen con una apariencia monstruosa o, al menos, poco común. Próspero afirma que el cuerpo de Calibán está tan degenerado como su espíritu, y que cada año que pasa se vuelve más grotesco. En el diálogo se da a entender que tiene rasgos de pez y/o de tortuga. Tanto Trínculo como Antonio se preguntan si debe ser considerado un hombre o un pez cuando lo ven por primera vez; aunque es posible que se refieran, al menos en parte, a su horrible olor a pescado.

Al hilo de esto está la cuestión de qué es exactamente Calibán, ya que su madre era una bruja y nunca se menciona a su padre. Próspero se refiere en un momento a Calibán como el hijo bastardo de un demonio, y sabiendo que Sycorax era una bruja malvada que adoraba a la entidad conocida como Setebos, es concebible que lo dijera literalmente. En ese caso, Calibán sería considerado un cambion. Sin embargo, Calibán también habla de Setebos y no menciona que sea su hijo.

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