Este capítulo se centra en el proceso de neuromodulación, que es una de las áreas de la medicina de más rápido crecimiento, que implica a muchas y diversas especialidades y que afecta a cientos de miles de pacientes con numerosos trastornos en todo el mundo. Es el proceso de inhibición, estimulación, modificación, regulación o alteración terapéutica de la actividad, eléctrica o química, en los sistemas nerviosos central, periférico o autónomo. Es la ciencia de cómo las intervenciones eléctricas, químicas y mecánicas pueden modular la función del sistema nervioso. La neuromodulación es intrínsecamente no destructiva, reversible y ajustable. La INS (Sociedad Internacional de Neuromodulación) define la neuromodulación como un campo de la ciencia, la medicina y la bioingeniería que abarca tecnologías implantables y no implantables, eléctricas o químicas, con el fin de mejorar la calidad de vida y el funcionamiento de los seres humanos. En la actualidad, los dispositivos implantables de neuromodulación son estimuladores neuronales o bombas de microinfusión. Estos dispositivos se utilizan para el tratamiento del dolor crónico, los trastornos del movimiento, los trastornos psiquiátricos, la epilepsia, los trastornos de la desmotilidad, los trastornos del ritmo, la espasticidad y otros. Las neuroprótesis, como los implantes cocleares y los estimuladores de la raíz sacra, también suelen incluirse en la definición de neuromodulación. La neuromodulación eléctrica es la estimulación eléctrica del cerebro, la médula espinal, los nervios periféricos, los plexos nerviosos, el sistema autónomo y la estimulación eléctrica funcional de los músculos, mientras que la neuromodulación química utiliza la colocación directa de agentes químicos en los tejidos neuronales mediante la utilización de tecnología de implantación como los sistemas de administración epidural o intratecal.