El nombre deriva de Gaspar, que a su vez procede de una antigua palabra caldea, «gizbar», que según la Concordancia de Strong significa «tesorero». La palabra «gizbar» aparece en la versión hebrea del Libro de Esdras del Antiguo Testamento (1:8). De hecho, la palabra hebrea moderna para «tesorero» sigue siendo «gizbar» (גזבר). En el siglo I a.C. la Septuaginta dio una traducción griega de «gizbar» en Esdras 1:8 como «gasbarinou» (literalmente, «hijo de Gasbar»). La transición de «Gizbar» a «Caspar» y «Kaspar» puede resumirse así: Gizbar→Gasbar→Gaspar→Caspar→Kaspar… siendo la «C» un error de lectura de la «G» manuscrita y teniendo la «K» el mismo valor fonético que la «C».
Existen numerosas variantes modernas como Gaspar (catalán, portugués y español), Gaspare (italiano), Gaspard (francés), Kaspar (alemán, holandés), Kašpar (checo), Casper (inglés), Caspar (holandés), Kacper/Kasper (polaco), Kasperi (finlandés), Kasper (danés, sueco), Gáspár (húngaro), Гаспар (ruso) y Kaspars (letón).
En el siglo VI, el nombre de Gaspar fue registrado en el mosaico de la Basílica de Sant’Apollinare Nuovo en Ravenna, Italia, como uno de los nombres tradicionales asignados por el folclore a los Magos anónimos mencionados en el relato del Evangelio de Mateo sobre la Natividad de Jesús. La letra «G» del nombre Gaspar era claramente diferente de la letra «C» utilizada en otros lugares, lo que sugiere que el nombre Gaspar precedió al nombre Caspar, y no al revés como algunos han supuesto.
La tradición occidental del nombre Gaspar también deriva de un manuscrito griego de principios del siglo VI, traducido al latín «Excerpta Latina Barbari». Un texto del pseudo-Venerable Beda, llamado «Collectanea et Flores», aparentemente continúa la tradición del nombre Caspar: «Secundus nomine Caspar» (P.L., XCIV, 541). Este texto sería del siglo VIII o IX, de origen irlandés. Como apellido, Gaspar sobrevive hoy en día en italiano, español, portugués y francés, aunque el francés añade una d muda. También sobrevive en el nombre armenio, Gasparian.