Las yucas son arbustos perennes, nativos de las zonas cálidas y secas de América y el Caribe. Son muy comunes en los diseños paisajísticos. Algunas yucas pueden crecer en forma de árbol en lugar de arbusto.
Producen hojas en forma de espada que crecen densamente en verticilos desde el suelo o a lo largo de un largo tallo o tronco. La cabeza de la flor suele ser grande, superando a menudo los 3 pies (90 cm) de altura y los 2 pies (60 cm) de ancho, y consiste en un único tallo erguido con racimos radiantes de flores de color blanco cremoso, a menudo teñidas de púrpura. Cada flor mide unos 5 cm de largo y tiene forma de tulipán con 6 pétalos orientados hacia abajo.
Floración
Estas plantas florecen una vez al año, generalmente desde mediados de verano hasta principios de otoño, dependiendo de la variedad. Una vez que la yuca está madura y florece, vuelve a florecer normalmente en la misma época cada año. Todas las yucas desarrollan inflorescencias similares en espigas altas, pero algunas variedades, como la Yucca aloifolia, tienen flores que cubren completamente las espigas, lo que constituye un espectáculo particularmente impresionante. Si no se recortan, las espigas de las flores pueden permanecer hasta 2 años después de la floración, y acaban adquiriendo un antiestético color marrón. Puede quitarlas cuando termine la floración.
Foto vía gardendesign.com
Requisitos
Las yucas se desarrollan bien y florecen mejor cuando se cultivan en lugares con pleno sol y suelo arenoso, profundo y bien drenado. Toleran suelos de cualquier pH y crecen en suelos compactados o pobres, lo que las convierte en excelentes opciones para entornos urbanos. Habitantes naturales de las regiones áridas, las yucas toleran muy bien la sequía, pero les va mal en zonas húmedas o con mal drenaje. Estas plantas generalmente crecen en las zonas de rusticidad del USDA 5 a 10, aunque algunos tipos, como la Yucca gloriosa, son más tiernos y resistentes sólo en las zonas de rusticidad del USDA 6 y superiores.