Antes de la iluminación, corta madera y lleva agua; después de la iluminación, corta madera y lleva agua. – Proverbio zen
Este pasaje es tan sencillo y, sin embargo, puede interpretarse de muchas maneras.
Puede significar que, incluso cuando alcances una cumbre de logros, tendrás que seguir realizando las tareas cotidianas mundanas. Eso nunca desaparece.
O puede significar que la iluminación se encuentra realmente a través de la rutina y las tareas mundanas cotidianas, no a pesar de ellas. La felicidad es un hábito, como dice Thich Nhat Hanh.
O puede significar que la iluminación y la felicidad máxima es un viaje interior. Para el mundo exterior parece que nada ha cambiado, aunque todo se haya transformado a tus ojos.
O puede significar que la vida continúa, y que el éxito y la felicidad no significan que te lleven a la cima de una montaña o a una suite en una esquina para pasar tus días en la felicidad. Te despiertas al día siguiente y el mundo sigue girando.
Creo que mi interpretación favorita es que cambiar de vida NO trae felicidad, satisfacción o iluminación. Mudarse a un nuevo estado, conseguir un ascenso, encontrar una pareja, tener hijos… nada de eso por sí mismo aporta plenitud. Está dentro todo el tiempo.
Es fácil pensar en términos de si sólo ________, entonces estaría satisfecho. Pero siempre hay una pieza que falta si ésta es tu mentalidad.
Si sólo ganara un poco más de dinero. Si sólo pudiera terminar este proyecto. Si sólo mis hijos me hicieran caso. Si sólo mi vida fuera diferente de alguna manera.
Cuando tienes este proverbio en mente, empiezas a ver la madera y el agua como una metáfora a tu alrededor. Estos deberes que temes – tal vez no son algo para evitar. Tal vez sólo tienes que verlas bajo una nueva luz.
Ahora mismo, mi proverbio de cortar madera y llevar agua es el viejo papel pintado de nuestro dormitorio.