Es posible que de niño te hayan dicho que una lombriz de tierra se regenerará en dos nuevas lombrices si se corta por la mitad en sentido transversal. Pero si alguna vez ha experimentado con estos animales con forma de tubo, probablemente se haya sentido decepcionado.
Aunque no lo parezca, las lombrices de tierra tienen una cabeza y una cola características. La cabeza de una lombriz se encuentra siempre en el extremo más cercano a la banda hinchada, llamada clitelo, que rodea al animal.
Si una lombriz de tierra se parte en dos, no se convertirá en dos nuevas lombrices. La cabeza del gusano puede sobrevivir y regenerar su cola si el animal es cortado por detrás del clitelo. Pero la cola original de la lombriz no podrá hacer crecer una nueva cabeza (o el resto de sus órganos vitales), y en su lugar morirá.
Sin embargo, hay un tipo de «lombriz» que pone en jaque la capacidad de regeneración de la lombriz de tierra: el gusano plano planario. Este diminuto invertebrado, que pertenece a un filo distinto al de las lombrices de tierra, es capaz de reformar todo su cuerpo a partir de astillas de apenas 1/300 del tamaño corporal original del animal.
Y cuando a un planario le vuelve a crecer la cabeza después de ser decapitado, la criatura conserva de forma sorprendente todos sus antiguos recuerdos, según una investigación publicada en el número de julio de 2013 de la revista Journal of Experimental Biology.
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