La invención de la cerradura cilíndrica cambió la cara de la seguridad residencial y comercial para siempre. Durante cien años, la cerradura cilíndrica se ha convertido en el estándar de las puertas de todo el mundo.
Por supuesto, a medida que los tiempos cambian, también lo hace la necesidad de una mayor seguridad con opciones flexibles que satisfagan las necesidades de cada propietario. El desarrollo de dos tipos diferentes de cerraduras cilíndricas (de un cilindro y de dos cilindros) refleja una de esas necesidades.
Las cerraduras de un cilindro son más comunes que las de dos cilindros, aunque esa tendencia está empezando a cambiar. Las cerraduras de un cilindro sólo tienen un cilindro de cierre, como su nombre indica. Las puertas equipadas con cilindros simples se abren con una llave desde el exterior, pero no requieren una llave para abrirlas desde el interior de la propiedad. En su lugar, la puerta se desbloquea con una palanca de tipo giratorio.
Las cerraduras de doble cilindro contienen dos cilindros. Se necesita una llave para bloquear y desbloquear tanto desde el exterior como desde el interior de la propiedad. En una cerradura de doble cilindro no hay mecanismo de giro de pulgar.
Como ya se ha mencionado, las cerraduras de un cilindro son más comunes que las de doble cilindro. Las dos razones principales para ello son la eficiencia y la economía. Las cerraduras de un cilindro suelen ser menos costosas de adquirir e instalar que las de doble cilindro. También son más cómodas, ya que no es necesario buscar una llave para cerrar la puerta desde dentro. Un simple giro con el pulgar bloquea la puerta.
Esto puede suscitar la pregunta: ¿por qué molestarse en instalar una cerradura de doble cilindro? La razón principal para hacerlo es una mayor seguridad. Esto es especialmente cierto en el caso de las puertas con cerraduras situadas cerca de las ventanas adyacentes (es decir, al alcance de la mano). Los posibles ladrones sólo tienen que romper el cristal más cercano a la puerta, alcanzarlo y desbloquear la cerradura desde el lado interior de la puerta. La instalación de cerraduras de doble cilindro en las puertas exteriores elimina este problema. Al no haber giro de pulgar, los ladrones no pueden llegar al interior para desbloquear las puertas manualmente a través de las ventanas rotas.
Los propietarios de viviendas y negocios suelen citar la «incomodidad» como la razón número uno para evitar el uso de cerraduras de doble cilindro. Sin embargo, pueden reducir las posibilidades de robos y robos en un 50% o más. Los propietarios de inmuebles residenciales y comerciales que tengan algún cristal al alcance de las cerraduras de las puertas deberían considerar la instalación de cerraduras de doble cilindro y/o cerrojos para obtener una medida de protección adicional. Si se tiene en cuenta el posible coste de no hacerlo, suele merecer la pena la inversión y las ligeras molestias.