El adulto promedio tiene alrededor de 4,5 a 5,5 litros de sangre circulando dentro de su cuerpo. Para distribuirla, el corazón late a un ritmo de 70 veces por minuto. En cada una de estas dilataciones y contracciones, el músculo cardiaco bombea 90 mililitros de sangre, que recorren el cuerpo en apenas un minuto a una velocidad de dos kilómetros por hora. En caso de accidente, se puede tolerar una hemorragia de hasta el 10% del líquido vital. Perder el 30% del volumen sanguíneo es peligroso, y cuando se escapa el 50%, nos hallamos ante una muerte segura.
Si no tuviera sangre, un cuerpo pesaría entre un 8 y un 10% menos. (Por supuesto, tampoco estarías vivo). Así, en una persona que pese 54 kilogramos, la sangre ocupa alrededor de 4,4 a 5,4 kg. Curioso, ¿verdad?
En los más pequeños
Respecto a los más pequeños, cuando los niños tienen 5 o 6 años, tienen aproximadamente la misma cantidad de sangre que los adultos, pero debido a que los niños son más pequeños y sus huesos, músculos y órganos no pesan tanto, su sangre representa un mayor porcentaje de su peso corporal que en los adultos.
En comparación, los recién nacidos apenas tienen sangre. Un bebé recién nacido que pese entre 2,3 y 3,6 kg) tiene solo apenas 0,2 litros de sangre en su cuerpo. Esta es aproximadamente la misma cantidad de sangre que puede tener un gato en su cuerpo. Los perros tienen un poco más de sangre (alrededor de 86 mililitros por kilogramo, en comparación con alrededor de 55 mililitros por kilogramo en los gatos), lo que significa que si un perro pesa 36 kg, tiene unos 3 litros de sangre en su cuerpo.