Dependiendo de su pedigrí, su físico y, si ha corrido, su rendimiento en el hipódromo, un caballo de carreras puede costar desde varios miles hasta cientos de miles, o incluso millones, de libras. El precio de compra inicial típico es de unas 15.000 libras. Por supuesto, el precio de compra inicial es sólo el comienzo; a partir de entonces, los propietarios de caballos de carreras incurren en gastos anuales de entrenamiento, seguro, atención veterinaria, registro, entrada y transporte. Según la British Horseracing Authority (BHA), el coste anual de poseer un caballo de carreras es, por término medio, de aproximadamente 23.000 libras esterlinas para un caballo que compita en el hipódromo y de aproximadamente 17.000 libras esterlinas para un caballo que corra bajo las reglas de la caza nacional.
El coste prohibitivo de la propiedad absoluta, o única, es una de las razones por las que muchos caballos de carreras británicos son propiedad de sindicatos o, en otras palabras, grupos de personas que se unen, bajo los auspicios de un entrenador con licencia, o gerente del sindicato, para compartir el coste de la propiedad de uno o más caballos. Cada miembro del sindicato posee una pequeña parte -normalmente el 2,5%, el 5% o el 10%- del caballo o caballos sindicados y paga una cuota única o una cuota inicial, además de las cuotas mensuales de entrenamiento.