Es una tontería tener tres padrinos de boda?
Un poco.
Pero hay muchas cosas que son tontas en las bodas. Sólo una pequeña muestra, sin ningún orden en particular:
- El hecho de que la novia lleve un «velo» aunque tú, y todos los asistentes, hayáis visto su cara al menos 17.287 veces.
- El hecho de que las comunicaciones de la boda, como las invitaciones, las notas de agradecimiento y las tarjetas de confirmación de asistencia, estén a la vanguardia de la tecnología del siglo XVII.
- El hecho de que la típica boda cueste más que el típico coche y el típico televisor de pantalla plana, juntos.
- Nadie pestañea al gastar 500 dólares en la tarta de la boda… por lo que equivale a una gran mezcla de azúcar, harina y mantequilla.
- Tener varios padrinos no es más tonto que todo eso.
Hazlo.
Sin embargo, hay algunas cuestiones del mundo real que tendrás que considerar. Por un lado, hay algunos deberes específicos y singulares del padrino. Una de las más importantes es acompañar a la dama de honor al altar. Aunque es una imagen entretenida, no recomendamos que tres padrinos acompañen a una sola dama de honor, al estilo de la falange griega, uno en cada brazo y otro arrastrando su vestido. Y probablemente no quieras que tres padrinos hagan un brindis. O tres padrinos agarrando el anillo. (Suena como una horrible película de Freddie Prince Jr. que llega al cine el año que viene: «Los tres padrinos»)
Ver también: Cómo debe comportarse cada padrino de boda en la despedida de soltero
Puedes ver hacia dónde se dirige esto: simplemente divide y vencerás. Dile a tus tres amigos que todos son padrinos de boda, luego repártete las responsabilidades y repártelas. Uno puede llevar a la doncella al altar, otro puede sostener el anillo, otro puede dar el discurso. Y así sucesivamente.
¿Un extra? Si alguien de la familia de la novia te pregunta sobre la situación de tus «padrinos» y le dices que todos vosotros os remontáis a la maldita escuela primaria, tienes garantizado que recibirás un gran Ahhhhhwwww!!!!, ¡no es adorable!» A no ser que sean unos auténticos gilipollas, apreciarán tu solidaridad y la encontrarán encantadora.
Así que al diablo con la tradición: hazlo.