Codirectores: Marial Iglesias Utset, Jorge Felipe González (Michigan State University)
Este proyecto explora hasta qué punto el vertiginoso crecimiento del comercio de esclavos con base en La Habana después de 1808 fue impulsado por la transferencia del capital humano y financiero y de la experiencia acumulada en la trata de esclavos. Tras su abolición en Estados Unidos, los traficantes estadounidenses reorientaron sus inversiones hacia Cuba. Impulsados por el auge sostenido del azúcar y el café en Cuba y la creciente fuerza del mercado del algodón en el sur de Estados Unidos, un numeroso grupo de comerciantes estadounidenses unió sus fuerzas a las de comerciantes y plantadores de La Habana. Los resultados tuvieron repercusiones a largo plazo: Cuba se convirtió en la mayor colonia de esclavos de toda Hispanoamérica, con el mayor número de personas esclavizadas importadas y la mayor duración del comercio ilegal de esclavos. Se importaron a Cuba unos 800.000 esclavos, el doble de los que se enviaron a Estados Unidos. Entre 1808 y 1820, cuando cesó el tráfico legal de esclavos en Cuba, el pabellón español dio cobijo a muchas expediciones americanas de trata de esclavos y se consolidaron las redes entre los comerciantes americanos y cubanos, así como los factores de África Occidental. Este proyecto sobre la trata de esclavos en el Atlántico pretende dilucidar las formas en que los comerciantes de esclavos de Cuba crearon y consolidaron una poderosa infraestructura y una posición destacada en la trata de esclavos en el Atlántico en el siglo XIX. Se basa en fuentes de archivo de Cuba y Estados Unidos y se inscribe en el marco teórico y metodológico de la historia atlántica.