A medida que las nuevas enfermeras pasan del entorno educativo familiar a una situación de trabajo se encuentran con barreras para el cuidado de los pacientes y sus familias. Las características del entorno laboral contemporáneo, emparejadas con las competencias de los recién graduados, tienen el potencial de amenazar la capacidad de estos enfermeros para proporcionar cuidados seguros y eficaces a los pacientes creando así angustia ética. Las intervenciones educativas en el lugar de trabajo pueden aportar soluciones adecuadas a estos problemas. La piedra angular entre la institución sanitaria y el desarrollo de una enfermera competente es un mentor eficaz. Cuando las nuevas enfermeras terminan sus estudios y entran en el sector sanitario, se encuentran con muchas barreras que las distraen del cuidado de sus pacientes. Con una experiencia limitada, están mal equipados para evitar la angustia ética cuando se enfrentan a dilemas éticos. Las estrategias educativas, como una orientación adecuada, pueden ayudar a los recién graduados a hacer frente a las complejidades de una industria sanitaria que se enfrenta a un aumento de la agudeza de los pacientes, a intervenciones médicas progresivamente más complejas y a una escasez de enfermeras.