Primero, el cirujano aplanará el ojo, luego cortará un colgajo en la córnea y la retraerá para revelar la sección que se encuentra por debajo, que se llama estroma. Los pulsos del láser destruyen parte del estroma; entonces, se vuelve a colocar el colgajo. El láser se usa para moldear la córnea del paciente para una visión más clara, dependiendo de lo que se necesite corregir. El procedimiento en sí suele durar 30 minutos o menos, y aunque los pacientes no pueden conducir solos a casa, a menudo pueden recuperarse lo suficientemente rápido como para conducir en uno o dos días. Sin embargo, pueden pasar algunas semanas o meses antes de que los ojos sanen y la visión se aclare. Debido a que es un procedimiento opcional, generalmente no está cubierto por el seguro y el costo promedio es de aproximadamente $4,200.
¿Cuáles son los riesgos?
Si bien un estudio de la FDA del 2009 encontró que el 95% de los pacientes estaban contentos con la operación, un pequeño número —menos del 1%— experimentó síntomas problemáticos. Ellos pueden incluir ojos secos, ceguera nocturna, ver destellos, resplandores o halos permanentes, y empeoramiento de la visión.
«Los riesgos son bajos, pero existen», dice Anat Galor, oftalmóloga del Bascom Palmer Eye Institute del University of Miami Health System. «Cada vez que haces una operación, estás dañando los nervios. Por alguna razón, hay personas que tienen tendencia a sufrir dolor crónico porque sus nervios se vuelven demasiado sensibles».
Una paciente arrepentida de haberse hecho la operación LASIK es Paula Cofer, de 60 años, exbanquera en Tampa, Florida. Se estaba volviendo intolerante a sus lentes de contacto y, después de un largo día de trabajo, se encontraba constantemente usando gotas para los ojos. Su hermana había tenido resultados positivos con LASIK, por lo que Cofer pensó que la operación la ayudaría. En cambio, sus ojos se volvieron aún más secos y le ardían constantemente. También veía puntos flotantes que le dificultaban la visión en general, especialmente de noche, y se le inflamaron las córneas por las cicatrices. «Ha sido una pesadilla», dice. «Mi visión ha empeorado y todos los aspectos de mi vida se han vista afectados por esta operación». Cofer dirige un sitio web para personas que se han visto perjudicadas por el procedimiento LASIK. Dice que el sitio ahora cuenta con 6,000 personas que han tenido resultados adversos.
Pero la tecnología utilizada en el procedimiento ha mejorado, dice Eric Donnenfeld, un cirujano oftalmólogo de Nueva York y Connecticut que dice haber realizado miles de procedimientos LASIK. «El LASIK de hoy es mucho más seguro y preciso que el LASIK de hace 20 o incluso 10 años atrás».
Quién tiene mayor riesgo de complicaciones
Algunas personas no son buenos candidatos para esta operación. Entre ellas están las que sufren enfermedades que afectan la cicatrización de las heridas —como los trastornos autoinmunes, incluida la diabetes— o quienes tienen antecedentes de glaucoma, lesiones oculares u operaciones anteriores en los ojos. Tampoco son buenos candidatos los pacientes con córneas delgadas, pupilas grandes (esto los hace más susceptibles a destellos, resplandores o halos e inhibe la visión nocturna) u ojos secos, que tienden a empeorar con el LASIK.
Y algunos dicen que en general las personas mayores de 55 años, aproximadamente, pueden no ser excelentes candidatos para el LASIK porque a medida que aumenta la edad, los ojos cambian o —en el lenguaje de los médicos oftalmólogos— se hacen «inestables»: las córneas se vuelven más rígidas y pueden estar desarrollando cataratas y presbicia (la miopía asociada con la edad).
«Es hacer cirugía en un blanco en movimiento. Dentro de dos años, lo que hicimos hoy ya no será bueno para tus ojos», dice Galor, del Bascom Palmer Eye Institute. «Esto disminuye la capacidad del LASIK para liberarte de los anteojos».
Los cirujanos de LASIK ahora realizan evaluaciones preoperatorias para identificar a quienes podrían tener problemas, incluído el ojo seco. «Ahora tenemos dos buenos tratamientos para el síndrome del ojo seco, así que tratamos a los pacientes por anticipado para evitar complicaciones más adelante», dice el cirujano oftalmólogo Donnenfeld, quien estima que excluye a cerca de un tercio de los pacientes porque no son buenos candidatos para el LASIK.