Los ciervos pueden ser tanto una bendición como una maldición. Es muy bonito ver una cierva y un cervatillo un domingo por la mañana temprano, de pie en la niebla, mordisqueando tu jardín. Y ese es el problema. Pueden comerse un jardín en poco tiempo.
Ya sea que ames u odies a los ciervos, o que tengas una relación más complicada con ellos, hay una pregunta importante que responder: ¿Se puede utilizar el estiércol de los ciervos en los jardines?
Fertilizar con estiércol de ciervo
Usar el estiércol como fertilizante no es una práctica nueva. La gente descubrió hace tiempo que el estiércol está lleno de nutrientes. Los excrementos de los ciervos en las plantas o en el césped pueden proporcionar algunos nutrientes adicionales, dependiendo de lo que esos ciervos hayan comido.
En la naturaleza, la dieta de los ciervos es bastante limitada, lo que significa que sus excrementos no son muy ricos en nutrientes. Pero los ciervos de los suburbios y los que se alimentan alrededor de las granjas pueden tener más nutrientes que ofrecer en sus desechos.
Dejar que los excrementos se asienten en el césped puede proporcionar algo de alimento, pero no es suficiente para sustituir un programa de fertilización sólido.
Cuestiones de seguridad de la caca de ciervo en el jardín
Cualquier tipo de estiércol que esté crudo supone un riesgo de contaminar los cultivos con patógenos. Se puede enfermar potencialmente por este tipo de abono. Las personas con mayor riesgo son los niños pequeños y los ancianos, las personas con sistemas inmunitarios comprometidos y las mujeres embarazadas.
La recomendación del Programa Nacional Orgánico es permitir 90 días desde el momento de la aplicación de un abono crudo hasta la cosecha de cualquier cultivo que no toque el suelo. Para los cultivos que sí tocan el suelo, la recomendación es de 120 días.
Por estas razones de seguridad, es posible que quiera reconsiderar el uso de excrementos de ciervo como fertilizante en un huerto. O, si quiere utilizarlo, páselo primero por un sistema de compostaje caliente. Tiene que alcanzar los 140 grados Fahrenheit (60 grados Celsius) durante al menos cinco días y ser compostado durante 40 días o más en total para matar cualquier patógeno.
Si decide manipular los excrementos de los ciervos para utilizarlos en su césped o en sus camas, utilice siempre guantes. Lave y desinfecte todas las herramientas que utilice para manipularlo y lávese bien las manos al terminar.