Definición.de

Honradez es la rectitud de ánimo y la integridad en el obrar. Quien es honrado se muestra como una persona recta y justa, que se guía por aquello considerado como correcto y adecuado a nivel social. Por ejemplo: «Mi abuelo me enseñó que la honradez es lo más importante a la hora de los negocios», «El gerente fue despedido por faltar a su honradez», «Encontré un maletín con dinero y documentos importantes en un taxi e hice todo lo posible por contactar con su dueño: mi honradez no me permitió dudar ni por un segundo».

La sinceridad (el apego a la verdad y a la expresión sin fingimientos) es uno de los componentes de la honradez. La persona honrada no miente ni incurre en falsedades, ya que una actitud semejante iría en contra de sus valores morales. Si un sujeto es honrado y quiere vender su coche, reconocerá los defectos del vehículo y no mentirá sobre su kilometraje. En cambio, una persona en la misma situación que no es honrada intentará distorsionar la realidad para conseguir más dinero, sin importarle los perjuicios que sus mentiras pudieran causarle al comprador.

La tendencia hacia lo recto y lo transparente siempre prevalece en el individuo con honradez y resulta aún más fuerte que cualquier necesidad. Cuando un hombre que no tiene trabajo recibe una propuesta ilícita para acceder a dinero fácil (robando, estafando, etc.), sólo su honradez hace que resista la tentación y se niegue a aceptar. En cambio, si el sujeto careciera de esta virtud, es probable que termine eligiendo el camino equivocado y se convierta en delincuente.

Muchos autores y personas célebres de la historia han legado frases relacionadas con la honradez; veamos algunos ejemplos a continuación: «La honestidad es incompatible con amasar una fortuna», Mahatma Gandhi; «Las valiosas presas convierten en ladrones a los hombres honrados», William Shakespeare; «Es más difícil ser un hombre honrado ocho días que un héroe un cuarto de hora», Jules Renard; «La honradez se detiene ante la puerta y llama; el soborno entra», Burdett A. Rich; «En una palabra: para parecer un hombre honrado, lo que hace falta es serlo», Nicolas Boileau.

En un mundo donde la imagen es tan importante y su precio se paga en dinero, la honradez no suele hacerse muy presente en el día a día de nuestra especie. Pero los casos en los cuales el poder y la ambición seducen al ser humano y lo llevan por el camino de la deshonestidad no son propios de la actualidad; no importa cuán lejos viajemos en el tiempo, siempre hallaremos ejemplos de manipulación de la verdad, privación de la libertad ajena y violencia indiscriminada en pos de un fin que, para quienes lo perseguían, justificaba los medios.

Pero, ¿de qué forma se debe criar a una persona para que se convierta en un ser honrado? ¿Basta con las enseñanzas que reciba durante sus primeros años de vida, con los ejemplos por parte de sus mayores? Realmente existen individuos que jamás robarían, que jamás harían daño a otro ser vivo porque sí; esas personas en las cuales uno confía ciegamente, porque sabe que son transparentes, que no alojan maldad en su interior. ¿Por qué no somos todos así?

Cuando se consulta la definición de un término tal como honradez, honestidad o sinceridad, nunca se menciona a los animales no humanos; sin embargo, muchas personas que conviven o han convivido con perros, por ejemplo, cuentan infinidad de historias que encierran verdaderos ejemplos de todas estas y más virtudes, y nunca tratan acerca de abusos, explotación o fraude. Quizás deberíamos prestar más atención a nuestros compañeros de planeta para aprender valiosas lecciones de honradez y compasión, que tanto necesita nuestro currículo.

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