También conocida como degeneración en adoquín, implica una atrofia coriorretiniana secundaria a la oclusión de un único lóbulo de coriocapilar. Esto provoca la muerte focal del EPR y de los fotorreceptores, mientras que la retina interna permanece intacta debido a su suministro de sangre desde la arteria central de la retina no afectada.
Las lesiones suelen ser de redondas a ovaladas, y tienen márgenes festoneados y definidos. Se pueden ver los grandes vasos coroideos subyacentes &escleróticos. A menudo hay hiperplasia pigmentaria en los bordes de la lesión & migración del pigmento desde el EPR atrofiado hacia la retina sensorial dentro de la lesión. Por lo general, el vítreo suprayacente no se ve afectado y es poco probable que se produzcan desprendimientos de retina.
Las lesiones tienden a alinearse en una fila paralela a la órbita, y se encuentran comúnmente en la retina inferior entre la órbita y el ecuador.
La prevalencia es de aproximadamente 1/3 de los adultos mayores de 20 años, pero aumenta con la edad y las longitudes axiales largas. No hay relación genética, ni síntomas, ni es necesario un tratamiento, pero es importante distinguir la degeneración en empedrado de la degeneración en celosía, los agujeros de la retina y la CHRPE.