Depresión y demencia

¿Qué es la depresión?

La depresión suele describirse como sentimientos de extrema tristeza. Describe tanto un estado de ánimo como un síndrome.

Un estado de ánimo deprimido puede ser:

  • Una reacción normal a un acontecimiento como la muerte de un ser querido
  • Un síntoma de otro trastorno como el hipotiroidismo
  • Parte de un síndrome de trastorno depresivo como la depresión mayor.

Un síndrome es un conjunto de varios síntomas. Un síndrome depresivo, por lo general, consistirá en un estado de ánimo deprimido o en la pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba junto con otros síntomas, como:

  • Falta de energía
  • Dormir poco
  • Pérdida de apetito
  • Sentimientos de culpa

La depresión no es una parte normal del envejecimiento.

Depresión y demencia

La depresión es muy común entre las personas con demencia. Se ha estimado que los síntomas depresivos ocurren en aproximadamente el 20-30% de las personas con demencia. Las personas en cuidados residenciales de larga duración parecen estar particularmente en riesgo de depresión.

Otros factores que pueden estar contribuyendo a la depresión de una persona pueden ser:

  • Los efectos secundarios de la medicación
  • La enfermedad física
  • La reacción al diagnóstico y el impacto percibido en el estilo de vida
  • El aislamiento social
  • La fatiga
  • Factores ambientales, como la incapacidad de filtrar los estímulos no deseados de los ruidos fuertes y las multitudes.

Signos de depresión

Puede ser muy difícil saber si una persona con demencia está deprimida. Algunos signos típicos son:

  • Pérdida de interés y placer en actividades que antes disfrutaba
  • Falta de energía
  • Dormir poco
  • Pérdida de apetito y de peso
  • Expresar sentimientos de inutilidad y tristeza
  • Ser inusualmente emocional, llorar, enfadarse o agitarse
  • Aumentar la confusión

Sin embargo, muchos de los síntomas de la demencia y la depresión son parecidos y puede ser difícil distinguirlos.

Por dónde empezar

Si sospecha que la depresión puede estar afectando a una persona con demencia, hable con el médico que podrá realizar un examen exhaustivo para descartar otros problemas médicos. Se pueden recetar medicamentos, como un antidepresivo, que pueden ser muy útiles para mejorar los síntomas de tristeza, y pueden mejorar los problemas de apetito y sueño. El médico también puede organizar cualquier derivación apropiada, como al Equipo de Evaluación de la Tercera Edad (ACAT), o para una evaluación psiquiátrica especializada.

El tratamiento de la depresión puede mejorar significativamente el estado de ánimo de una persona y su capacidad para participar en actividades. Es importante investigar y tratar la depresión siempre que se sospeche.

Tratamientos farmacológicos

El tratamiento con antidepresivos suele mejorar la depresión en personas sin demencia. Los antidepresivos pueden tener efectos secundarios, que deben discutirse con el médico antes de iniciar el tratamiento. Por lo general, los antidepresivos más nuevos y modernos tienen menos efectos secundarios y es menos probable que causen dificultades a una persona con demencia que los fármacos más antiguos, como los antidepresivos tricíclicos.

Si el tratamiento farmacológico es ineficaz, debe interrumpirse, y si causa efectos secundarios puede ser necesario cambiar el tratamiento. Normalmente es necesario un ensayo de al menos dos semanas de tratamiento para saber la utilidad de la medicación.

Qué hay que intentar

  • Intentar mantener una rutina diaria para la persona con demencia
  • Limitar la cantidad de ruido y actividad en el entorno si esto causa un problema. Esto ayudará a evitar la sobreestimulación
  • Las situaciones de grupos grandes pueden hacer que algunas personas se sientan peor, mientras que otras pueden beneficiarse de la estimulación de una reunión concurrida y activa. Es importante conocer lo que la persona ha disfrutado en el pasado, ya que es probable que actividades similares sigan siendo atractivas ahora
  • Tenga una expectativa realista de lo que la persona puede hacer. Esperar demasiado puede hacer que tanto la persona con demencia como sus familiares y cuidadores se sientan frustrados y molestos
  • Sea consciente de cuándo está la persona menos fatigada y haga cualquier tarea importante en esos momentos
  • Sea positivo. Los elogios frecuentes ayudarán a todos

Tómese un descanso

Recuerde que la familia y los cuidadores deben tratar de asegurarse de tener descansos adecuados en el cuidado para no desgastarse por el comportamiento exigente.

La información de la página se ha basado en:

  • Depresión y demencia, un artículo del Profesor Asociado David Ames, Profesor Asociado de Psiquiatría de la Tercera Edad, Universidad de Melbourne
  • Depresión y demencia – Un doble peligro, un artículo del Profesor Asociado E Chiu, Universidad de Melbourne
  • Información de su médico de familia: Depresión y enfermedad de Alzheimer, Academia Americana de Médicos de Familia.

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