Cuando pienses en el desarrollo de personajes menores, primero tratemos esa palabra: «menor».
Tienes personajes mayores, principales o primarios, y tienes personajes menores, de apoyo o secundarios, pero todos son relevantes para la historia que estás contando. Una regla general es que si tienes un personaje que no funciona para tu historia, elimínalo o combínalo.
Entonces, ¡un aplauso para los personajes menores! Los subestimados no-héroes o heroínas de nuestros mundos de ficción.
¿Qué entendemos por un personaje que nos funciona?
Un uso eficaz de un personaje menor podría ser desafiar o hacerse eco de la historia del protagonista.
Aunque pueden utilizarse para crear un alivio ligero y cambiar el estado de ánimo o el ritmo de un pasaje, un personaje menor es una herramienta útil para hacer más difícil la vida de tu protagonista.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que si los haces demasiado impresionantes, los lectores pueden esperar que aparezcan de nuevo más adelante en la historia. Pueden confundirse con los personajes principales, que suelen ser más tridimensionales. Es una línea muy fina y algo que hay que tantear, quizá con la ayuda de los comentarios de los primeros borradores.
Los lectores modernos conocen muchas técnicas y recursos literarios, aunque no utilicen ese término. El cine también ha influido en la forma de leer. Sobre todo en las películas de los estudios de Hollywood, cada escena tiene sentido o ayuda a hacer avanzar la historia. Tu personaje puede parecerte menor, pero tus lectores estarán atentos a todo lo que haga.
Esta es una de las razones por las que es útil que un personaje menor tenga un papel que se relacione de alguna manera con el héroe o la heroína. El personaje secundario puede ayudar o entorpecer. Puede ser similar al héroe o la antítesis. Pueden compartir el mismo defecto, pero enfrentarse a él de forma diferente. Y muchas otras variaciones. Lo importante es que parezcan sólidos. Darles una función real en la historia, ayudará.
Sobre el tema de hacer que los personajes sean sólidos, aquí hay algunos consejos bien usados para desarrollar personajes menores.
- Darles una peculiaridad o característica definitoria que los haga fácilmente identificables.
- Tus personajes deben tener voces distintas. Esto puede ser más difícil de lo que parece. No olvides hacer el esfuerzo con tus personajes menores.
- ¡No les des TU voz! Este no es necesariamente el momento para una aparición de cameo del autor.
- Atájalos a algo, como un lugar o un uniforme o una hora del día.
- Considera darles un arco de personaje. Nada dice «estás destinado a estar en esta historia» como el desarrollo de un arco de personaje, aunque sea pequeño.
- Por último, imagina que has eliminado a tu personaje menor de tu novela. ¿Sigue funcionando su historia sin él o ella? Si es así, ¿era realmente necesario?