A lo largo de la historia de Marvel, Galactus, el Devorador de Mundos, ha tenido muchos Heraldos diferentes, incluyendo a Thor, Firelord, Terrax y Norin Radd el Silver Surfer. Pero antes de cualquiera de ellos llegó el Heraldo más feroz de todos, un Heraldo que tuvo que ser derrotado por el propio Galactus, conocido únicamente como El Caído.
En su interminable búsqueda por devorar las energías vitales de varios mundos, Galactus ha empleado históricamente a Heraldos, cuyo trabajo consiste en explorar potenciales planetas comestibles y prepararlos para su consumo. El primer heraldo visto en Marvel Comics es, por supuesto, Norin Radd, que llega a la Tierra en Fantastic Four #48 de Stan Lee y Jack Kirby. Sin embargo, el Caído fue el Heraldo de Galactus mucho antes de que Galactus pusiera sus ojos en el mundo natal de Silver Surfer, Zenn-La.
Creado por Keith Giffen y Ron Lim en Thanos #11 de 2004, el Caído fue el primer intento de Galactus de hacer un Heraldo, y la palabra intento es muy importante ahí. A diferencia de los Heraldos posteriores, cuyo poder se derivaba de la radiación cósmica, al Caído se le dio el poder de la energía oscura, o el control sobre la materia oscura, descrita en los cómics como «el halo vinculante por el que las galaxias se hacen solventes». Con este poder, era capaz de aumentar su fuerza y sus reflejos, proyectar energía, controlar el espectro electromagnético y manipular la materia a voluntad. Decir que estaba sobredimensionado sería quedarse un poco corto; los Nova Crops incluso lo identificaron como una amenaza de nivel galáctico.
Dotar a su Heraldo de tal poder fue el primer error de Galactus en la creación de su primer sirviente. El segundo error vino en su selección. El Caído resultó ser un ser increíblemente cruel, lo que contrasta con Galactus, que representa el orden natural de un universo indiferente. Galactus come porque tiene hambre, pero El Caído se complace en la destrucción de mundos y por ello se enemistó rápidamente con su amo. El Devorador de Mundos se vio obligado a encarcelarlo, pero El Caído consiguió escapar. En repetidas ocasiones, el antiguo heraldo atacó a Galactus y fue derrotado en repetidas ocasiones, antes de ser finalmente encarcelado en la prisión espacial de Kyln por Star-Lord.
Por supuesto, como todo buen supervillano, El Caído consiguió escapar también de Kyln cuando ésta fue destruida en un conflicto entre Thanos y el Hacedor. Tras su huida, El Caído fue derrotado por Thanos -sólo después de que éste lo engañara para que encendiera un gigante de gas y se dejara fuera de combate-, quien entonces lo esclavizó mentalmente y lo obligó a la servidumbre.
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El Caído actuó como Heraldo de Thanos hasta los acontecimientos de Aniquilación. Cuando Mistress Death acudió a Thanos advirtiéndole de la llegada de Annihilus, el Caído seguía al lado de Thanos. El Caído fue enviado a localizar y derrotar a los Buscadores -agentes de Anihilus-, a los que devolvió a Thanos. Su última misión fue encontrar al Hacedor, cuyo cuerpo encontró poco antes de iniciar una batalla contra Tenebrous y Aegis.
Incluso con su inmenso poder, El Caído no fue rival para los dos Dioses Proemios que fueron su final definitivo en Aniquilación de Keith Giffen y Renato Arlem: Silver Surfer #4. Su papel final no es, por tanto, el de un destructor de mundos, ni el de un Heraldo de Galactus, sino el de un gesto de desprecio ofrecido por los Dioses Proemios a Thanos en forma de sus restos.
Carter Burrowes es un escritor que lee cómics, juega a videojuegos, ve espectáculos y opina desde Brooklyn, Nueva York. Nunca ha estado en Disneylandia y no tiene planes de ir a no ser que alguien quiera pagar su entrada y su sable láser. Al igual que los de Batman, los detalles de su vida están rodeados de misterio. Un hecho conocido es que se graduó en la Universidad de Vermont, otro es que no descansará hasta que Sucker Punch estrene Sly Cooper 4. Puede que ese día no llegue nunca, pero, no obstante, permanece siempre vigilante, un guardián silencioso, un protector vigilante, un caballero idiota.
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