El debate en torno a los organismos genéticamente modificados (OGM) es enorme y acalorado por ambas partes. Una de las principales consideraciones a la hora de argumentar en contra del uso de productos OGM es el potencial daño medioambiental. ¿Cuáles son exactamente los riesgos medioambientales que hay que tener en cuenta en relación con los OMG?
En primer lugar, es importante entender qué es exactamente un OMG. La Organización Mundial de la Salud (OMS) los define como organismos cuyo ADN ha sido alterado de forma no natural. Las plantas modificadas genéticamente suelen ser resistentes a los insectos, a los virus o a los herbicidas. Con estos cambios vienen algunos desafíos ambientales potencialmente problemáticos.
En primer lugar, la toxicidad es un gran problema en torno a los pesticidas y herbicidas químicos, utilizados comúnmente con los OMG, además de la toxicidad inherente a estas plantas. Los OMG pueden ser tóxicos para los organismos no objetivo, siendo las abejas y las mariposas los ejemplos más comentados actualmente. Las abejas son enormemente importantes en la polinización de muchos cultivos alimentarios, pero desgraciadamente están muy amenazadas por las técnicas agrícolas modernas, como los cultivos transgénicos. Las mariposas monarcas están específicamente en peligro por las plantas de maíz transgénico. Además de las abejas y las mariposas, los pájaros también están en peligro por los pesticidas, y trabajan como agentes de control biológico y polinizadores, de nuevo, como las abejas.
Además, los efectos a largo plazo de los OMG no son seguros. Las plagas a las que se dirigen estos métodos agrícolas pueden adaptarse a los pesticidas y herbicidas, además de los cambios en el ADN de las plantas transgénicas para hacerlas ¨resistentes.¨ Esto significa que no siempre serán eficaces, sino que sus legados tóxicos permanecerán.
Es importante tener en cuenta los efectos acumulativos de productos como los OGM. Las pruebas también sugieren que pequeños cambios genéticos en las plantas pueden producir cambios ecológicos aún mayores, lo que significa que existe la posibilidad de que los OMG se conviertan en persistentes y en maleza en condiciones agrícolas, ya que están modificados para ser resistentes a algunas técnicas agrícolas modernas. Esto también puede significar que sean invasivos en entornos naturales, donde los OMG, por supuesto, no se dan de forma natural. No es imposible que las nuevas plantas modificadas por el hombre se conviertan en especies invasoras en ecosistemas naturales delicados.
Por último, la biodiversidad, aunque es fundamental en todos los ecosistemas y para la sostenibilidad de todas las especies, es puesta en peligro por los OMG. Cuando se plantan cultivos transgénicos, generalmente en forma de monocultivo, se dejan de utilizar muchas semillas heredadas. La naturaleza de los OMG implica menos flores de hierba y, por tanto, menos néctar para los polinizadores. Las toxinas liberadas en el suelo a través de las rutas de las plantas significan menos bacterias del suelo, que son parte integral de un suelo saludable para que las plantas crezcan sin el uso de fertilizantes químicos. Los residuos tóxicos quedan en el suelo de los cultivos transgénicos. Los nutrientes no se devuelven al suelo en los monocultivos y en los alimentos transgénicos, lo que significa que el suelo se está secando y vaciando de todos los nutrientes, generalmente integrales para el proceso de crecimiento. Se crea entonces un ciclo de dependencia de las semillas transgénicas y de los fertilizantes, pesticidas y herbicidas químicos para cultivar un único cultivo. Además de los problemas del suelo, el riego utilizado para cultivar alimentos transgénicos transporta naturalmente todos estos problemas a las fuentes de agua y al aire. Esto expone a diferentes bacterias, insectos y animales a los mismos problemas.
Todos estos impactos deben tenerse en cuenta en el panorama general; el ADN de los OMG puede acabar en el suelo, el compost, los piensos y subproductos animales y otros organismos vivos, desde insectos hasta plagas más grandes. Las abejas pueden transportar pesticidas, herbicidas y ADN a través del aire al medio ambiente. Una vez que una planta se introduce en un entorno agrícola, es razonable suponer que se convertirá en parte de un ecosistema más amplio, lo que significa que el problema de los daños medioambientales causados por los OMG es mucho mayor que el simple daño potencial a nuestra salud.
Además de las cuestiones medioambientales, los OMG son también objeto de debates sociales y éticos. No hace falta decir que vivimos en un mundo interconectado, en el que la forma en que interactuamos con la naturaleza puede provocar una compleja serie de consecuencias. Estar informados sobre los alimentos que consumimos y la forma en que las técnicas agrícolas modernas afectan al medio ambiente es una forma eficaz de interactuar conscientemente con el mundo natural.