Para muchos niños, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno de aprendizaje dislexia van de la mano. Hasta uno de cada cuatro niños con TDAH tiene también dislexia, mientras que entre el 15 y el 40 por ciento de los niños con dislexia tienen TDAH. En esos casos, los niños y sus familias deben trabajar para gestionar ambas condiciones.
«Con el TDAH hay más tipos de problemas de comportamiento», dice la experta en educación especial Nancy Mather, PhD, profesora asociada del departamento de educación especial, rehabilitación y psicología escolar de la Universidad de Arizona en Tucson. «La dislexia se limita a la lectura y la escritura».
A pesar de estas distinciones, los expertos han observado un vínculo entre el TDAH y la dislexia. «En ambos trastornos están implicadas áreas similares del cerebro -explica Mather-. Ambos parecen provocar problemas con la función ejecutiva, la memoria y el procesamiento rápido de los símbolos. Otra similitud es que los niños con estos trastornos suelen tener una inteligencia de normal a alta y una gran creatividad, pero se sienten frustrados académicamente. Lo que difiere es cómo se manifiestan estos trastornos: en el caso de la dislexia, se trata de dificultades en la lectura y la escritura, y en el caso del TDAH, se trata del comportamiento.
TDAH y dislexia: Llegar a un diagnóstico
El proceso de averiguar cuál es la causa de los problemas de su hijo puede ser largo. Debido a que las niñas con TDAH tienden a desconectarse en silencio en lugar de actuar, averiguar los desafíos de aprendizaje de su hijo podría ser un poco más difícil con una hija.
«Es necesario realizar pruebas neuropsicológicas para averiguarlo», dice el doctor Eugene Arnold, especialista en TDAH y profesor emérito de psiquiatría de la Universidad Estatal de Ohio en Sunbury.
Para averiguar qué trastorno padece su hijo -o si son ambos- necesitará:
- La opinión de los profesores. Hablar con los profesores sobre el comportamiento de su hijo en clase y su rendimiento en las tareas escolares puede ser revelador. Los niños con TDAH pueden tener problemas para prestar atención, recordar y seguir instrucciones verbales o permanecer sentados, pero si no tienen dislexia, su capacidad para leer y escribir suele ser buena; de hecho, muchos niños con TDAH son ávidos lectores. A medida que crecen, tienden a seguir mejor las instrucciones escritas que las verbales. Por otro lado, los niños con dislexia pueden intentar evitar la lectura y la escritura, o confundir las letras cuando aprenden a escribir, pero les va bien la prueba oral y la comprensión.
- Una evaluación de la capacidad de aprendizaje. Si sospecha que existe un problema de aprendizaje como la dislexia, tiene derecho a solicitar una evaluación a través de su sistema escolar público. Esto también es cierto para los niños educados en casa, señala Mather. Las pruebas pueden ayudar a identificar la dislexia.
- Evaluación del TDAH. Para obtener un diagnóstico de TDAH y comenzar el tratamiento, necesitará una evaluación psiquiátrica por parte de un experto en TDAH.
Superar el TDAH y la dislexia
Así como las condiciones están relacionadas pero son diferentes, también lo son las soluciones. El primer paso es trabajar con la escuela de su hijo.
«El equipo de la escuela recoge mucha información», dice Mather. El equipo puede incluir a un profesor de educación especial o a un consejero, a los profesores de su hijo y a cualquier experto que usted quiera incluir. Si sospecha que hay dislexia, Mather aconseja incluir a un experto en dislexia en las reuniones del equipo. Basándose en los resultados de las pruebas, usted y el equipo pueden desarrollar un plan, normalmente llamado IEP (Plan Educativo Individualizado), para ayudar a su hijo a tener éxito en la escuela.
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Los niños con TDAH y dislexia suelen requerir:
- medicación para el TDAH. Con el tratamiento médico adecuado, los niños con TDAH aprenden mejor. Esto es especialmente cierto para los niños que también tienen dislexia: necesitan poder concentrarse para aprender a leer y escribir de forma más intensiva.
- Formación especializada en lectura y escritura. Si su sistema escolar cuenta con profesores formados en dislexia, su hijo puede recibir esta ayuda adicional durante la jornada escolar. Sin embargo, muchas familias descubren que su hijo necesita clases particulares después de la escuela. Para los niños con TDAH, esto puede ser especialmente difícil después de un largo día, cuando la medicación para el TDAH puede estar desapareciendo. Hable con su médico sobre el uso de dosis adicionales más pequeñas de medicación para mantener la atención de su hijo hasta la hora de la cena.
- Acomodaciones en el aula. Cuando elabore el plan de aula para su hijo con TDAH, es posible que tenga que incluir aspectos como la realización de descansos durante periodos de trabajo prolongados, la posibilidad de levantarse y moverse por el aula con frecuencia o sentarse lejos de las distracciones. Sin embargo, hay que tener cuidado de no depender demasiado de los audiolibros o de la instrucción verbal para los niños con dislexia. Mather señala que aprender a leer y escribir sigue siendo esencial. Puede ser necesaria una tutoría especializada.
Aunque hay desafíos por delante, también hay un gran potencial. Con trabajo duro y estructura, los niños con TDAH y dislexia pueden tener éxito en la escuela.