El estudio de tiempo y movimiento consta de dos componentes: el estudio de tiempo de Frederick Taylor y el estudio de movimiento de Frank B. y Lillian M. Gilbreth. Taylor comenzó los estudios de tiempo en la década de 1880 para determinar la duración de las tareas particulares que ocurren bajo condiciones específicas. Otros estudios fueron anteriores a Taylor, pero el suyo fue el que más impacto tuvo. El estudio del tiempo fue un componente de la teoría de la gestión científica. El enfoque de Taylor se centró en la reducción de la pérdida de tiempo para lograr la máxima eficiencia.
El estudio del movimiento realizado por los Gilbreth evaluó los movimientos y cómo pueden mejorar los métodos de trabajo. Frank y Lillian Gilbreth llevaron a cabo el estudio del movimiento en un intento de exponer la gestión científica. El taylorismo, como se llama la teoría, tenía un defecto importante. Le faltaba el elemento humano. Los críticos decían que el enfoque de Taylor se centraba únicamente en los beneficios.
Los Gilbreth incluyeron varias variables al estudiar cómo aumentar la eficiencia. Algunas de ellas son la salud, las habilidades, los hábitos, el temperamento y la nutrición. En el libro Gilbreth y Gilbreth, los dos expertos explican que el estudio del movimiento examina la fatiga que experimentan los trabajadores y luego encuentra formas de eliminarla. Recomendaron soluciones como períodos de descanso-recuperación, sillas y bancos de trabajo.
La implementación de la teoría de la gestión científica fue uno de los primeros casos en que la mejora y la gestión de los procesos se trataron como un problema científico.