Foto icónica: Omayra SánchezSr. WWS

Esta inquietante imagen muestra a Omayra Sánchez, de 13 años, metida hasta el cuello en el agua de las inundaciones y los escombros provocados por la erupción del volcán Nevado del Ruiz en Armero, Colombia, en 1985. Sus manos blancas y arrugadas y sus ojos inyectados en sangre son el resultado de casi 60 horas de exposición, tras haber estado atrapada en la misma posición desde que el lahar y el agua derretida de la capa de hielo llegaron a su pueblo. Murió pocas horas después de que se tomara esta imagen.

La fotografía fue realizada por Frank Fournier, y casi inmediatamente se vio rodeada de polémica cuando se publicó. Algunos criticaron al fotógrafo por actuar como un buitre, aprovechándose de las víctimas con su cámara, pero Fournier defendió sus acciones diciendo que creía que era su deber informar sobre «el valor y el sufrimiento y la dignidad de la niña». La imagen, titulada «La agonía de Omayra Sánchez», ganó el World Press Photo en 1985, y es sólo una de las inquietantes imágenes captadas por Fournier aquel día e incluidas en su entrada para Spot News.

Esta niña estaba atrapada bajo los escombros de su casa, con las piernas dobladas en ángulo como si estuviera arrodillada, con su tía muerta a sus pies. Los socorristas intentaron todo lo que pudieron para ayudarla, pero no pudieron bombear el agua, no pudieron hacer palanca para sacar los escombros, y no tenían el equipo médico para amputar sus piernas sin matarla dolorosamente. estaba TRAMPADA. Nadie pudo ayudarla, nadie. Ni los socorristas, ni los lugareños, ni este fotoperiodista.
Esta niña estuvo agonizando durante 60 horas, delirando y enferma, porque los servicios de emergencia tras una catástrofe eran jodidamente terribles. este hermoso y dulce ángel pasó sus últimas horas sin entender lo que le estaba pasando, muriendo dolorosamente, porque nadie podía ayudarla- nadie tenía los recursos para ayudarla.

No sabríamos su nombre, no conoceríamos su horrible historia, no conoceríamos su valentía, su dignidad, su coraje frente a la muerte, si no existiera esta foto. no tendríamos sus ojos negros, mirando fijamente a nuestras almas, e impresos en nuestros corazones.

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