Fronteras para las mentes jóvenes

Abstracto

Una característica humana única es nuestra capacidad de vagar mentalmente: se trata de periodos de tiempo en los que nuestra atención se aleja de la tarea que tenemos entre manos para centrarse en pensamientos que no están relacionados con ella. El vagabundeo mental tiene algunos beneficios, como el aumento de la creatividad, pero también tiene algunas consecuencias negativas, como los errores en la tarea que se supone que estamos realizando. Curiosamente, pasamos hasta la mitad de nuestras horas de vigilia divagando mentalmente. ¿Cómo nos ayuda el cerebro a conseguirlo? Las investigaciones sugieren que cuando divagamos mentalmente, nuestras respuestas a la información del mundo exterior que nos rodea se ven alteradas. En otras palabras, los recursos de nuestro cerebro se alejan del procesamiento de la información del entorno externo y se redirigen a nuestro mundo interno, lo que nos permite vagar mentalmente a otro tiempo y lugar. Aunque prestemos menos atención al mundo exterior durante el vagabundeo mental, nuestra capacidad para detectar acontecimientos inesperados en nuestro entorno se mantiene. Esto sugiere que somos bastante inteligentes en cuanto a lo que ignoramos o a lo que prestamos atención en el entorno externo, incluso cuando divagamos mentalmente.

¿Cómo definen los científicos la divagación mental?

Imagina esto: estás sentado en un aula en un día soleado mientras tu profesor de ciencias te cuenta con entusiasmo lo que nuestro cerebro es capaz de hacer. Al principio, prestas mucha atención a lo que dice el profesor. Pero el sonido de las palabras que salen de su boca se desvanece poco a poco cuando notas que te ruge el estómago y empiezas a pensar en ese delicioso helado que te comiste anoche. ¿Alguna vez te has sorprendido a ti mismo divagando en situaciones similares, en las que tus ojos están fijos en tu profesor, tus amigos o tus padres, pero tu mente se ha desviado secretamente a otro momento y lugar? Puede que estés recordando el último partido deportivo que has visto, o fantaseando con la idea de ir al nuevo parque de atracciones este próximo fin de semana, o tarareando tu melodía favorita que no puedes quitarte de la cabeza. Esta experiencia es lo que los científicos denominan vagabundeo mental, que es un periodo de tiempo en el que nos centramos en cosas que no están relacionadas con la tarea en curso o con lo que realmente está ocurriendo a nuestro alrededor (como se muestra en la Figura 1).

  • Figura 1 – Ejemplo del mundo real de los estados de actividad y vagabundeo mental entre los estudiantes en un aula.
  • En una clase de ciencias en la que el profesor hace una pregunta sobre el cerebro, algunos alumnos pueden estar concentrados en lo que se está enseñando, mientras que otros pueden estar pensando en el torneo de baloncesto de ayer, tarareando su melodía favorita o pensando en ir a por un helado después de clase. Los estudiantes que piensan en el cerebro durante la clase se considerarían «en la tarea», mientras que los estudiantes que piensan en cosas no relacionadas con el cerebro se considerarían «vagabundeo mental».

Nuestra tendencia a vagabundear mentalmente

Los humanos, en promedio, pasan hasta la mitad de sus horas de vigilia vagabundeando mentalmente. Existen diferencias entre los individuos en su tendencia a vagar por la mente y muchos factores que afectan a esta tendencia. Por ejemplo, los adultos mayores tienden a divagar menos que los jóvenes. Además, los individuos que suelen estar tristes o preocupados vagan mentalmente con más frecuencia en comparación con los individuos que están felices y no tienen nada de qué preocuparse. También vagamos mentalmente más cuando realizamos tareas que estamos acostumbrados a hacer, en comparación con cuando realizamos tareas nuevas y desafiantes. También hay diferentes tipos de evasión mental. Por ejemplo, a veces podemos divagar a propósito cuando nos aburrimos con lo que estamos haciendo. Otras veces, nuestra mente divaga accidentalmente sin que nos demos cuenta.

¿Cuáles son los pros y los contras de la divagación mental?

Dado que pasamos tanto tiempo divagando mentalmente, ¿significa esto que la divagación mental es buena para nosotros o no? No cabe duda de que el vagabundeo mental tiene beneficios. Por ejemplo, una de las cosas que hace la mente cuando divaga es hacer planes sobre el futuro. De hecho, es más probable que hagamos planes cuando divagamos que que fantaseemos con situaciones irreales. Planificar con antelación es un buen uso del tiempo, ya que nos permite llevar a cabo de forma eficiente nuestras tareas cotidianas, como terminar los deberes, practicar el fútbol o preparar una actuación. Cuando la mente divaga, también es probable que reflexionemos sobre nosotros mismos. Este proceso de reflexión sobre cómo pensamos, nos comportamos e interactuamos con los demás a nuestro alrededor es una parte crucial de nuestra identidad. El vagabundeo mental también se ha relacionado con la resolución creativa de problemas. Hay momentos en los que nos quedamos atascados en un problema matemático difícil o nos sentimos sin inspiración para pintar o hacer música, y las investigaciones sugieren que tomarse un descanso para dejar de pensar en estos problemas y dejar que la mente divague hacia otro tema puede conducir eventualmente a un momento «ajá», en el que se nos ocurre una solución o idea creativa.

Sin embargo, la divagación mental también puede tener resultados negativos. Por ejemplo, divagar en clase significa perderse lo que se está enseñando, y divagar mientras se hacen los deberes puede dar lugar a errores. Llevado al extremo, las personas diagnosticadas de depresión se dedican constantemente a pensar en sus problemas o en otras experiencias negativas. Por el contrario, las personas diagnosticadas con trastorno por déficit de atención/hiperactividad que cambian continuamente su foco de atención pueden tener dificultades para completar una tarea. En conjunto, el hecho de que la divagación mental sea buena o mala depende de cuándo divagamos la mente y sobre qué divagamos la mente.

Medidas científicas de la divagación mental

Si tuviera que realizar un experimento, ¿cómo mediría la divagación mental? Los científicos han ideado varios métodos, uno de los cuales se llama muestreo de experiencias. Mientras los voluntarios de la investigación realizan una tarea informática en un laboratorio, o mientras realizan tareas en su vida cotidiana, se les pide a intervalos aleatorios que informen sobre su estado de atención. Es decir, tienen que dejar de hacer lo que están haciendo y preguntarse en qué estaban pensando en ese momento: «¿Estaba en la tarea?» (es decir, ¿estaba prestando atención a la tarea que tenía entre manos?) o «¿Estaba mi mente divagando?» (es decir, mi mente se desvió a otro momento y lugar). Por lo tanto, el muestreo de la experiencia toma muestras de la experiencia del voluntario en el momento, lo que permite a los científicos comprender la frecuencia con la que la gente divaga mentalmente y cómo la divagación mental afecta a la forma en que las personas interactúan con su entorno.

Los científicos también estudian la divagación mental registrando el electroencefalograma (EEG), una prueba que mide la actividad eléctrica del cerebro. Esta actividad eléctrica, que tiene el aspecto de líneas onduladas durante una grabación de EEG (véase la figura 2, paso 2), se observa en todas las partes del cerebro y está presente durante todo el día, incluso cuando estamos dormidos. Las mediciones de la actividad eléctrica del cerebro ayudan a los científicos a entender cómo el cerebro nos permite pensar, hablar, movernos y hacer todas las cosas divertidas, creativas y desafiantes que hacemos. Para registrar el EEG, los científicos colocan unos sensores especiales llamados electrodos en el cuero cabelludo de un voluntario (Figura 2, paso 1), y cada electrodo registra la actividad de numerosas neuronas (células cerebrales) en la zona situada bajo el electrodo (Figura 2, paso 2). A continuación, los científicos examinan la actividad del cerebro en respuesta a imágenes (como la imagen de un balón de baloncesto en la Figura 2) o sonidos presentados al voluntario. Los científicos presentan el mismo sonido o imagen al voluntario varias veces y toman la media de la actividad cerebral en respuesta a la imagen o el sonido, porque ese método da lugar a una mejor señal de EEG. La actividad cerebral promediada produce lo que se denomina una forma de onda de potencial relacionado con el evento (ERP) que contiene varios puntos altos y bajos, llamados picos y valles (Figura 2, Paso 3), que representan la respuesta del cerebro a la imagen o al sonido a lo largo del tiempo. A algunos de los picos y valles más comunes se les asignan nombres específicos como componentes de la ERP. Por ejemplo, un pico que se produce alrededor de 300 ms (¡sólo 3/10 de segundo!) tras la presentación de una imagen o un sonido suele denominarse componente P300 de la ERP. Basándose en décadas de investigación, los científicos han demostrado que estos componentes ERP reflejan la respuesta de nuestro cerebro a los eventos que vemos o escuchamos. El tamaño de los componentes ERP (medido en voltaje) refleja la intensidad de la respuesta, mientras que el tiempo de estos componentes ERP (medido en milisegundos) refleja el tiempo de la respuesta. Ahora, ¡pausa! Me gustaría que te preguntaras: «¿Estaba prestando toda mi atención a la frase anterior o estaba pensando en otra cosa?». Este es un ejemplo de muestreo de experiencias. Y como puede darse cuenta ahora, cuando se nos pregunta por nuestro estado de atención actual, podemos informar de él con bastante precisión.

  • Figura 2 – Registro del electroencefalograma (EEG) en humanos.
  • Paso 1. Para registrar el EEG, se fijan los electrodos a un gorro que se coloca en el cuero cabelludo de un voluntario de investigación. Paso 2. Cada línea ondulada representa la cantidad de actividad registrada por cada electrodo. A los voluntarios de la investigación se les suelen presentar algunas imágenes (por ejemplo, un balón de baloncesto) o sonidos varias veces mientras se registra su actividad cerebral. Paso 3. Los científicos calculan la actividad media del EEG en las múltiples presentaciones de la misma imagen o sonido. El resultado es una forma de onda del potencial relacionado con el evento (ERP), en la que el tiempo (en milisegundos) se representa en el eje de abscisas y el voltaje (en microvoltios, que indica el tamaño de los componentes del ERP) se representa en el eje de ordenadas. En el eje de abscisas, 0 indica el momento en que se presentó el estímulo (por ejemplo, la imagen de un balón de baloncesto). Las formas de onda de la ERP contienen múltiples puntos altos y bajos, llamados picos y valles. Algunos de los picos y valles tienen etiquetas específicas. Por ejemplo, el pico que se produce alrededor de 300 ms después de la presentación de una imagen se suele denominar componente P300 de la ERP.

¿Qué ocurre con nuestra interacción con el entorno cuando divagamos mentalmente?

Los científicos han propuesto una idea, denominada «hipótesis del desacoplamiento», que afirma que durante la divagación mental, los recursos del cerebro se alejan del entorno que nos rodea y se redirigen a nuestro mundo interno para apoyar nuestros pensamientos. Esta hipótesis supone que el cerebro dispone de una determinada cantidad de recursos, lo que significa que una vez que el vagabundeo mental ha utilizado los recursos que necesita para centrarse en nuestros pensamientos, sólo queda una cantidad limitada de recursos cerebrales para responder a nuestro entorno circundante.

Para probar esta hipótesis, los científicos combinaron el muestreo de experiencias con el EEG para explorar cómo el vagabundeo mental afecta a nuestra interacción con el entorno. En uno de los primeros estudios para comprobar esta hipótesis se pidió a los voluntarios de la investigación que clasificaran una serie de imágenes respondiendo cada vez que vieran objetivos poco frecuentes (por ejemplo, imágenes de balones de fútbol) entre un montón de no objetivos (por ejemplo, imágenes de balones de baloncesto). A lo largo de la tarea, se registró el EEG de los voluntarios, y también se les pidió en momentos aleatorios que informaran de su estado de atención como «en la tarea» o «con la mente en blanco». Basándose en sus EEG y en los informes de muestreo de la experiencia, los científicos descubrieron que la respuesta del cerebro a los no objetivos se reducía durante los periodos de vagabundeo mental en comparación con los periodos de estar en la tarea . Esto puede verse en la Figura 3A, donde hay un componente P300 ERP más pequeño durante el vagabundeo mental (las líneas verdes) en comparación con el componente P300 ERP durante el tiempo en que el voluntario estaba en la tarea (la línea gris). Los datos sugieren que la respuesta del cerebro a los sucesos que ocurren en nuestro entorno se ve alterada cuando practicamos el vagabundeo mental.

  • Figura 3 – El vagabundeo mental afecta a nuestra capacidad para procesar los sucesos del entorno.
  • A. El procesamiento cerebral de los sucesos externos (por ejemplo, imágenes de balones de baloncesto y de fútbol) se reduce durante los periodos de vagabundeo mental. Esto se indica por el componente P300 ERP más pequeño durante el vagabundeo mental (líneas verdes) en comparación con la tarea (línea gris). La forma de onda del ERP se registró en el sitio del electrodo marcado con un círculo rojo, que se encuentra en la parte posterior de la cabeza. B. La divagación mental afecta a nuestra capacidad de controlar nuestro propio rendimiento, lo que hace más probable que cometamos errores. Esto se demuestra por el menor componente ERP de negatividad relacionada con el error de retroalimentación, una depresión que se produce alrededor de 250 ms, para el vagabundeo mental (línea verde) en comparación con la tarea (línea gris). La forma de onda de la ERP se registró en el lugar del electrodo marcado con un círculo rojo, que está situado cerca de la parte delantera de la cabeza.

¿Has notado alguna vez que si tu mente divaga mientras haces la tarea, es más probable que cometas errores? Muchos experimentos también han demostrado que esto ocurre. Esto llevó a algunos científicos a preguntarse qué ocurre en el cerebro cuando cometemos errores. En concreto, midieron algo llamado componente ERP de negatividad relacionada con el error de retroalimentación, que da a los científicos una idea de lo cerca que estamos de controlar la precisión de nuestras respuestas cuando realizamos una tarea. Los científicos descubrieron que el componente ERP de la negatividad relacionada con el error de retroalimentación se reducía durante el vagabundeo mental en comparación con los períodos de realización de la tarea, como se muestra en la Figura 3B. Esto sugiere que el vagabundeo mental afecta negativamente a nuestra capacidad para controlar nuestro rendimiento y ajustar nuestro comportamiento, haciendo más probable que cometamos errores. Todos estos estudios proporcionan pruebas que apoyan la hipótesis de que cuando la mente divaga, nuestras respuestas a lo que ocurre en el entorno que nos rodea se ven alteradas.

¿La divagación mental afecta a todas las respuestas al entorno?

En este punto, puede que se pregunte: ¿se ven afectadas todas las respuestas al mundo que nos rodea durante la divagación mental? Esto parece poco probable, porque normalmente somos bastante capaces de responder al entorno externo incluso cuando divagamos mentalmente. Por ejemplo, aunque divaguemos mucho con la mente mientras caminamos, la mayoría de nosotros rara vez chocamos con cosas cuando vamos de un sitio a otro. Un grupo de científicos se ha planteado la misma pregunta y ha analizado específicamente si podemos seguir prestando atención a nuestro entorno a cierto nivel incluso cuando divagamos mentalmente. Para probar esta cuestión, se pidió a los voluntarios de la investigación que leyeran un libro mientras escuchaban algunos tonos no relacionados con el libro. La mayoría de los tonos eran idénticos, pero entre estos tonos idénticos había un tono raro y diferente que, naturalmente, captaba la atención de los voluntarios. Los científicos descubrieron que los voluntarios prestaban la misma atención a este tono raro cuando estaban distraídos que cuando estaban trabajando. En otras palabras, parece que nuestras mentes son bastante inteligentes a la hora de decidir qué procesos de atención se interrumpen y qué procesos se conservan durante el vagabundeo mental. En circunstancias normales, nuestra mente ignora algunos de los acontecimientos ordinarios de nuestro entorno para que podamos mantener un tren de pensamiento. Sin embargo, cuando se produce un acontecimiento inesperado en el entorno, uno que es potencialmente peligroso, nuestro cerebro sabe que debe desviar nuestra atención hacia el entorno externo para que podamos responder al acontecimiento potencialmente peligroso. Imagina que vas por la calle y piensas en la película que quieres ver este fin de semana. Mientras lo hace, es posible que no perciba claramente el ruido de los motores de los coches o los peatones que charlan a su alrededor. Sin embargo, si de repente un coche toca el claxon con fuerza, lo oirás inmediatamente, lo que te sacará de tu vagabundeo mental. Por lo tanto, incluso cuando la mente divaga, seguimos siendo inteligentes en cuanto a lo que ignoramos y a lo que prestamos atención en el entorno externo, lo que nos permite responder inteligentemente a los acontecimientos inusuales, o potencialmente peligrosos, que pueden requerir que volvamos a centrar nuestra atención en el entorno externo.

Conclusión

En resumen, el cerebro parece apoyar la divagación de la mente mediante la interrupción de algunos de los procesos cerebrales que están involucrados en la respuesta a nuestro entorno externo circundante. Esta capacidad es importante para proteger nuestros pensamientos de las distracciones externas y permitirnos participar plenamente en el vagabundeo mental. Apenas estamos empezando a comprender esta misteriosa experiencia del pensamiento, y los científicos están investigando activamente lo que ocurre en el cerebro cuando vagamos por la mente. Aumentar nuestro conocimiento sobre el vagabundeo mental nos ayudará a comprender mejor cómo aprovechar sus beneficios y a la vez evitar los problemas relacionados con el vagabundeo mental.

Glosario

Vagabundeo mental: Períodos de tiempo en los que un individuo está pensando en algo que no está relacionado con la tarea que está realizando.

Muestreo de experiencias: Método científico en el que se pide a una persona que informe de su experiencia; es decir, si está prestando atención o divagando en intervalos aleatorios en el entorno del laboratorio o en el mundo real.

Electroencefalograma (EEG-«elec-tro-en-sef-a-lo-grama»): Actividad eléctrica de muchas neuronas del cerebro que se mide mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo.

Potencial Relacionado con el Evento (ERP): Picos o valles en la señal promediada del EEG que reflejan las respuestas del cerebro a los acontecimientos que vemos o escuchamos.

P300: Componente del PRE que suele alcanzar un pico alrededor de 300 ms (por eso «300») después de que una persona vea una imagen o escuche un sonido. Refleja el procesamiento cerebral de la información que se ve o se oye. un componente de la ERP que suele alcanzar un pico alrededor de 300 ms (por lo tanto «300») después de que una persona vea una imagen o escuche un sonido. Refleja el procesamiento cerebral de la información que se ve o se oye.

Negatividad relacionada con el error de retroalimentación: Un componente de la ERP que refleja en qué medida una persona controla la precisión de su actuación.

Declaración de conflicto de intereses

Los autores declaran que la investigación se llevó a cabo en ausencia de cualquier relación comercial o financiera que pudiera interpretarse como un potencial conflicto de intereses.

Smallwood, J., y Andrews-Hanna, J. 2013. No todas las mentes que vagan se pierden: la importancia de una perspectiva equilibrada sobre el estado de vagabundeo de la mente. Front. Psychol. 4:441. doi:10.3389/fpsyg.2013.00441

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Kam, J. W. Y., Dao, E., Blinn, P., Krigolson, O. E., Boyd, L. A., y Handy, T. C. 2012. Mind wandering and motor control: off-task thinking disrupts the online adjustment of behavior. Front. Hum. Neurosci. 6:329. doi:10.3389/fnhum.2012.00329

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