Lo que necesita saber
- La depresión y la ansiedad son comunes después de un ictus.
- Puede tener depresión si se siente triste o decaído durante más de dos semanas. Puede perder el interés por las cosas que normalmente disfruta, carecer de energía, tener dificultades para dormir o dormir más de lo habitual.
- Puede tener ansiedad si los sentimientos de ansiedad no desaparecen una vez que se ha superado una situación estresante o si se siente ansioso sin ninguna razón en particular.
- La depresión y la ansiedad son muy tratables y la recuperación es habitual.
Abordar la depresión después de un ictus
En este vídeo de 45 minutos producido por beyondblue y la Stroke Foundation, los supervivientes de un ictus y sus cuidadores comparten sus experiencias sobre la depresión y la salud mental después de un ictus, y un psiquiatra da consejos para los supervivientes de un ictus, los cuidadores y los profesionales de la salud.
Sobre la depresión y la ansiedad
Después de un ictus, es normal sentirse triste o preocupado. Pero si se siente triste, decaído o abatido durante más de dos semanas, puede tener depresión. Puede perder el interés o el placer por las cosas que normalmente disfruta. Puede carecer de energía, tener dificultades para dormir o dormir más de lo habitual. Puede que le resulte difícil concentrarse, resolver problemas y cumplir con las citas.
Sentirse ansioso es normal cuando nos sentimos bajo presión. Los sentimientos suelen desaparecer cuando la situación estresante ha terminado. Si los sentimientos de ansiedad no desaparecen, o si está ansioso sin ninguna razón en particular, es posible que tenga ansiedad.
La relación entre la depresión, la ansiedad y el accidente cerebrovascular
Aunque todo el mundo se siente ansioso de vez en cuando, para algunas personas estos sentimientos de ansiedad son abrumadores y no se pueden controlar fácilmente. Un trastorno de ansiedad es algo más que sentirse estresado: es una condición seria que hace que la persona tenga dificultades para enfrentarse al día a día.
¿Cuál es la relación entre la depresión, la ansiedad y el ictus?
Tener un ictus es un acontecimiento que cambia la vida. Puede cambiar la forma en que se siente sobre sí mismo y hacer que se preocupe por el futuro. Los cambios en las responsabilidades, las relaciones, el trabajo y las finanzas pueden causar estrés y tristeza. El impacto del ictus en el cerebro también puede provocar cambios en la personalidad, el estado de ánimo y las emociones. Todo esto significa que existe una fuerte relación entre el ictus, la depresión y la ansiedad.
Una de cada tres personas experimenta depresión en algún momento durante los cinco años posteriores al ictus. La depresión es más común en el primer año después del ictus, aunque puede ocurrir en cualquier momento. La ansiedad también puede aparecer, ya sea por sí misma o junto con la depresión.
Los compañeros, cuidadores y familiares de los supervivientes de un ictus pueden experimentar también depresión y ansiedad.
Obtención de ayuda para la depresión y la ansiedad
La depresión y la ansiedad pueden dificultar el manejo del día a día y la participación en su rehabilitación. La depresión y la ansiedad pueden afectar a cómo se siente sobre sí mismo, y pueden tener un impacto en sus relaciones.
Aunque la depresión y la ansiedad son comunes, también son altamente tratables. La recuperación es posible y hay muchas cosas que pueden ayudar. Cuanto antes consiga ayuda, antes avanzará hacia la recuperación.
Si cree que la depresión o la ansiedad pueden ser un problema para usted, hable con su médico. Es importante tener un diagnóstico médico y un plan de tratamiento que tenga en cuenta su situación personal, sus necesidades y sus preferencias. Algunos medicamentos pueden provocar un letargo que puede parecerse a los síntomas de la depresión, por lo que una revisión de la medicación puede ser útil como parte de este proceso.
Medicación
Los antidepresivos son muy útiles en el tratamiento de la depresión de moderada a grave. El médico puede recetar medicamentos antidepresivos junto con tratamientos psicológicos. Los antidepresivos se recetan a veces cuando otros tratamientos no han tenido éxito. También se utilizan cuando los tratamientos psicológicos no son posibles.
Las investigaciones muestran que las terapias psicológicas son la opción de tratamiento más eficaz para las personas con ansiedad. Sin embargo, para la ansiedad grave, la medicación puede ser útil.
Tratamientos psicológicos
Si tiene una depresión leve o moderada, el tratamiento psicológico y los cambios en el estilo de vida pueden funcionar para usted.
Terapia cognitivo-conductual (TCC). Le ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento poco útiles, creando un enfoque más positivo y de resolución de problemas. Es uno de los tratamientos más eficaces para la depresión.
Terapia conductual. La terapia conductual se centra en la realización de actividades gratificantes, agradables o satisfactorias. Su objetivo es que vuelva a participar en la vida.
Terapia interpersonal. Le ayuda a reconocer patrones en sus relaciones que le hacen más vulnerable a la depresión. Se centra en la mejora de las relaciones, el afrontamiento de la tristeza y el dolor, y la búsqueda de nuevas formas de llevarse bien con los demás.
Terapia cognitiva basada en la atención plena. Terapia de grupo que incluye la meditación. La meditación de atención plena le enseña a centrarse en el momento presente sin tratar de cambiarlo. Puede ayudar a evitar que la mente divague en pensamientos sobre el futuro o el pasado. Te ayuda a notar los sentimientos de tristeza y negatividad desde el principio antes de que se fijen.
Estilo de vida
Tener un estilo de vida saludable puede ayudarte a sentirte bien en cuerpo y mente. Coma bien y limite el alcohol. Hacer ejercicio con regularidad es especialmente útil.
Haga actividades que le gusten y pase tiempo con personas cuya compañía disfrute. Hable con un familiar o amigo de confianza sobre sus sentimientos.
Más ayuda
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