Hoja informativa sobre la parálisis supranuclear progresiva

¿Qué es la parálisis supranuclear progresiva?

La parálisis supranuclear progresiva (PSP) es un trastorno cerebral poco frecuente que afecta al movimiento, al control de la marcha y al equilibrio, al habla, a la deglución, a la visión, al estado de ánimo y al comportamiento, y al pensamiento. La enfermedad es el resultado de un daño en las células nerviosas del cerebro. El nombre largo del trastorno indica que la enfermedad empeora (progresiva) y causa debilidad (parálisis) al dañar ciertas partes del cerebro por encima de los grupos de células nerviosas llamados núcleos (supranucleares). Estos núcleos controlan especialmente los movimientos oculares. Uno de los signos clásicos de la enfermedad es la incapacidad de apuntar y mover los ojos correctamente, que los individuos pueden experimentar como visión borrosa.

Las estimaciones varían, pero sólo entre tres y seis de cada 100.000 personas en todo el mundo, o aproximadamente 20.000 estadounidenses, tienen PSP, por lo que es mucho menos común que la enfermedad de Parkinson (otro trastorno del movimiento en el que se estima que se diagnostican 50.000 estadounidenses cada año). Los síntomas de la PSP comienzan por término medio después de los 60 años, pero pueden aparecer antes. Los hombres se ven afectados con más frecuencia que las mujeres.

La PSP se describió por primera vez como un trastorno distinto en 1964, cuando tres científicos publicaron un artículo que distinguía la afección de la enfermedad de Parkinson. En ocasiones se denominó síndrome de Steele-Richardson-Olszewski, reflejando los nombres combinados de los científicos que definieron el trastorno.

Actualmente no existe un tratamiento eficaz para la PSP, pero algunos síntomas pueden controlarse con medicación u otras intervenciones.

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¿Cuáles son los síntomas?

El patrón de signos y síntomas puede ser muy diferente de una persona a otra. El primer síntoma más frecuente de la PSP es la pérdida de equilibrio al caminar. Los individuos pueden tener caídas inexplicables o una rigidez y torpeza en la marcha.

A medida que la enfermedad progresa, la mayoría de las personas comenzarán a desarrollar una visión borrosa y problemas para controlar el movimiento de los ojos. De hecho, los problemas oculares, en particular la lentitud de los movimientos oculares, suelen ofrecer la primera pista definitiva de que la PSP es el diagnóstico adecuado. Los individuos afectados por la PSP tienen especialmente problemas para desplazar voluntariamente la mirada en sentido vertical (es decir, hacia abajo y/o hacia arriba) y también pueden tener problemas para controlar los párpados. Esto puede llevar a la necesidad de mover la cabeza para mirar en diferentes direcciones, cerrar los ojos de forma involuntaria, parpadear de forma prolongada o infrecuente, o tener dificultades para abrir los ojos. Otro problema visual común es la incapacidad de mantener el contacto visual durante una conversación. Esto puede dar la impresión errónea de que la persona es hostil o no está interesada.

Las personas con PSP suelen mostrar alteraciones del estado de ánimo y del comportamiento, incluyendo depresión y apatía. Algunas muestran cambios en el juicio, la perspicacia y la resolución de problemas, y pueden tener dificultades para encontrar palabras. Pueden perder el interés por las actividades placenteras habituales o mostrar una mayor irritabilidad y falta de memoria. Los individuos pueden reír o llorar repentinamente sin razón aparente, pueden ser apáticos, o pueden tener arrebatos ocasionales de ira, también sin razón aparente. El habla suele ser más lenta y arrastrada y puede resultar difícil tragar alimentos sólidos o líquidos. Otros síntomas son la lentitud de movimientos, el habla monótona y una expresión facial similar a una máscara. Dado que muchos de los síntomas de la PSP también se observan en personas con la enfermedad de Parkinson, sobre todo al principio del trastorno, la PSP suele diagnosticarse erróneamente como enfermedad de Parkinson.

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¿En qué se diferencia la PSP de la enfermedad de Parkinson?

Tanto la PSP como la enfermedad de Parkinson provocan rigidez, dificultades de movimiento y torpeza, pero la PSP es más rápidamente progresiva en comparación con la enfermedad de Parkinson. Las personas con PSP suelen estar excepcionalmente rectas u ocasionalmente incluso inclinan la cabeza hacia atrás (y tienden a caerse hacia atrás). Esto se denomina «rigidez axial». Los que padecen la enfermedad de Parkinson suelen inclinarse hacia delante. Los problemas con el habla y la deglución son mucho más comunes y graves en la PSP que en la enfermedad de Parkinson, y tienden a aparecer antes en el curso de la enfermedad. Los movimientos oculares son anormales en la PSP, pero casi normales en la enfermedad de Parkinson. Ambas enfermedades comparten otras características: aparición a finales de la edad media, bradicinesia (lentitud de movimientos) y rigidez muscular. El temblor, muy común en los individuos con enfermedad de Parkinson, es raro en la PSP. Aunque los individuos con la enfermedad de Parkinson se benefician notablemente del fármaco levodopa, las personas con PSP responden mínimamente y sólo brevemente a este fármaco. Además, las personas con PSP muestran acumulación de la proteína tau en las células cerebrales afectadas, mientras que las personas con la enfermedad de Parkinson muestran acumulación de una proteína diferente, llamada alfa-sinucleína.

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¿Qué causa la PSP?

La causa exacta de la PSP es desconocida. Los síntomas de la PSP son causados por un deterioro gradual de las células cerebrales en unas pocas áreas específicas del cerebro, principalmente en la región llamada tronco cerebral. Una de estas áreas, la sustancia negra, también se ve afectada en la enfermedad de Parkinson, y el daño en esta región del cerebro explica en parte los síntomas motores que la PSP y el Parkinson tienen en común.

El sello distintivo de la enfermedad es la acumulación de depósitos anormales de la proteína tau en las células nerviosas del cerebro, de modo que éstas no funcionan correctamente y mueren. La proteína tau está asociada a los microtúbulos, estructuras que sostienen los largos procesos de las células nerviosas, o axones, que transmiten información a otras células nerviosas. La acumulación de tau sitúa a la PSP en el grupo de trastornos llamados tauopatías, que también incluye otros trastornos como la enfermedad de Alzheimer, la degeneración corticobasal y algunas formas de degeneración frontotemporal. Los científicos están buscando formas de prevenir la aglomeración dañina de tau en el tratamiento de cada uno de estos trastornos.

La PSP suele ser esporádica, lo que significa que ocurre con poca frecuencia y sin causa conocida; en muy pocos casos la enfermedad es el resultado de mutaciones en el gen MAPT, que luego proporciona a la célula nerviosa instrucciones defectuosas para fabricar tau. Los factores genéticos no han sido implicados en la mayoría de los individuos.

Hay varias teorías sobre la causa de la PSP. Una hipótesis central en muchas enfermedades neurodegenerativas es que una vez que los agregados anormales de proteínas como tau se forman en una célula, pueden afectar a una célula conectada para que también forme los cúmulos de proteínas. De este modo, los agregados proteicos tóxicos se propagan por el sistema nervioso. Aún se desconoce cómo se desencadena este proceso. Una posibilidad es que un agente infeccioso no convencional tarde años o décadas en empezar a producir efectos visibles (como se observa en trastornos como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob). Otra posibilidad es que las mutaciones genéticas aleatorias, del tipo que se producen en todos nosotros todo el tiempo, ocurran en células particulares o en ciertos genes, en la combinación justa para dañar estas células. Una tercera posibilidad es que haya una exposición a alguna sustancia química desconocida en los alimentos, el aire o el agua que dañe lentamente ciertas zonas vulnerables del cerebro. Esta teoría surge de una pista encontrada en la isla de Guam, en el Pacífico, donde una enfermedad neurológica común que sólo se da allí y en algunas islas vecinas comparte algunas de las características de la PSP, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica. Se cree que su causa es un factor dietético o una sustancia tóxica que sólo se encuentra en esa zona.

Otra posible causa de la PSP es el daño celular causado por los radicales libres, que son moléculas reactivas producidas continuamente por todas las células durante el metabolismo normal. Aunque el organismo dispone de mecanismos integrados para eliminar los radicales libres del sistema, los científicos sospechan que, en determinadas circunstancias, los radicales libres pueden reaccionar con otras moléculas y dañarlas. Se están llevando a cabo numerosas investigaciones para comprender el papel de los daños causados por los radicales libres en las enfermedades humanas.

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¿Cómo se diagnostica la PSP?

En la actualidad no existen pruebas de laboratorio ni métodos de imagen específicos para diagnosticar definitivamente la PSP. La enfermedad suele ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas pueden ser muy parecidos a los de otros trastornos del movimiento, y porque algunos de los síntomas más característicos pueden desarrollarse tarde o no desarrollarse en absoluto. Las quejas iniciales en la PSP suelen ser vagas y se clasifican en estas categorías 1) síntomas de desequilibrio, como inestabilidad al caminar o caídas bruscas e inexplicables sin pérdida de conocimiento; 2) quejas visuales, como visión borrosa, dificultades para mirar hacia arriba o hacia abajo, visión doble, sensibilidad a la luz, ardor en los ojos u otros problemas oculares; 3) dificultad para hablar; y 4) diversas quejas mentales, como lentitud de pensamiento, deterioro de la memoria, cambios de personalidad y cambios de humor. El diagnóstico inicial se basa en el historial médico de la persona y en un examen físico y neurológico. Las exploraciones diagnósticas, como la resonancia magnética, pueden mostrar un encogimiento en la parte superior del tronco cerebral. Otras pruebas de imagen pueden observar la actividad cerebral en zonas conocidas de degeneración.

El SPP suele diagnosticarse erróneamente porque es relativamente raro y algunos de sus síntomas son muy parecidos a los de la enfermedad de Parkinson. Los problemas de memoria y los cambios de personalidad también pueden llevar a un médico a confundir la PSP con la depresión, o incluso a atribuir los síntomas a alguna forma de demencia. La clave para diagnosticar la PSP es identificar la inestabilidad temprana de la marcha y la dificultad para mover los ojos, las anomalías del habla y de la deglución, así como descartar otros trastornos similares, algunos de los cuales son tratables.

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¿Hay algún tratamiento?

Actualmente no existe ningún tratamiento eficaz para la PSP, aunque los científicos están buscando mejores formas de controlar la enfermedad. Los síntomas de la PSP no suelen responder a los medicamentos. Los fármacos prescritos para tratar la enfermedad de Parkinson, como el ropinirol, rara vez aportan beneficios adicionales. En algunos individuos, la lentitud, la rigidez y los problemas de equilibrio de la PSP pueden responder en cierta medida a los agentes antiparkinsonianos, como la levodopa, pero el efecto suele ser mínimo y de corta duración. El cierre excesivo de los ojos puede tratarse con inyecciones de botulina. Algunos fármacos antidepresivos pueden proporcionar beneficios más allá del tratamiento de la depresión, como el alivio del dolor y la disminución del babeo.

Los enfoques recientes del desarrollo terapéutico para la PSP se han centrado principalmente en la eliminación de la tau anormalmente acumulada en el cerebro. Un ensayo clínico en curso determinará la seguridad y tolerabilidad de un compuesto que impide la acumulación de tau en modelos preclínicos. Otros estudios están explorando agentes de imagen de tau mejorados que se utilizarán para evaluar la progresión de la enfermedad y la mejora en respuesta al tratamiento.

El tratamiento no farmacológico para la PSP puede adoptar muchas formas. Los individuos suelen utilizar ayudas para caminar con peso debido a su tendencia a caerse hacia atrás. A veces se recetan gafas bifocales o especiales, llamadas prismas, a las personas con PSP para remediar la dificultad de mirar hacia abajo. La fisioterapia formal no ha demostrado ser beneficiosa para la PSP, pero pueden realizarse ciertos ejercicios para mantener las articulaciones ágiles.

Una gastrostomía (un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que implica la colocación de una sonda a través de la piel del abdomen hasta el estómago con fines de alimentación) puede ser necesaria cuando hay alteraciones de la deglución o el riesgo cierto de asfixia grave. La estimulación cerebral profunda (que utiliza un electrodo implantado quirúrgicamente y un generador de impulsos para estimular el cerebro de forma que ayude a bloquear las señales que causan muchos de los síntomas motores) y otros procedimientos quirúrgicos utilizados en personas con la enfermedad de Parkinson no han demostrado ser eficaces en la PSP.

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¿Cuál es el pronóstico?

La enfermedad empeora progresivamente, y las personas quedan gravemente discapacitadas a los tres o cinco años de su aparición. Las personas afectadas están predispuestas a sufrir complicaciones graves, como neumonía, asfixia, lesiones en la cabeza y fracturas. La causa más común de muerte es la neumonía. Con una buena atención a las necesidades médicas y nutricionales, es posible que los individuos con PSP vivan una década o más después de los primeros síntomas de la enfermedad.

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¿Qué se está investigando?

La misión del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) es buscar conocimientos fundamentales sobre el cerebro y el sistema nervioso y utilizarlos para reducir la carga de las enfermedades neurológicas. El NINDS es un componente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el principal financiador de la investigación biomédica en el mundo.

Estudios anteriores han vinculado regiones de cromosomas que contienen múltiples genes, incluido el gen de la tau (MAPT), con la PSP. Los investigadores están utilizando ahora métodos para cartografiar con mayor precisión estas regiones e identificar mutaciones específicas causantes de la enfermedad, lo que podría apuntar a objetivos adicionales para el desarrollo de futuras terapias.

La PSP es una de las enfermedades que se están estudiando como parte del Programa de Biomarcadores de la Enfermedad de Parkinson del NINDS (http://pdbp.ninds.nih.gov/). Esta importante iniciativa del NINDS tiene como objetivo descubrir formas de identificar a los individuos en riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y trastornos relacionados, y seguir la progresión de la enfermedad. El NINDS también apoya estudios de investigación clínica para desarrollar imágenes cerebrales que puedan permitir un diagnóstico más temprano y preciso de la PSP, y que puedan ser utilizadas para predecir o monitorear la progresión de la enfermedad. Dichos marcadores de imagen podrían ser herramientas importantes en la atención clínica para ayudar a distinguir la PSP de otros trastornos relacionados, así como para la investigación con el fin de probar posibles tratamientos que pueden no funcionar igual de bien para trastornos aparentemente similares.

Los investigadores están buscando genes que puedan aumentar el riesgo de que una persona desarrolle PSP. Los científicos están estudiando la interacción gen-ambiente, en la que los factores ambientales y la genética pueden contribuir a la susceptibilidad de la enfermedad para muchas enfermedades en las que puede haber influencias genéticas que difieren entre familias o incluso en una sola familia. Los investigadores están integrando las herramientas de investigación relacionadas con la genética humana y la epidemiología de la enfermedad para comprender mejor los factores de riesgo conjuntos que pueden contribuir a la causa de la PSP.

Aunque la proteína tau se ha vinculado a la PSP y a otros trastornos relacionados, los científicos aún no comprenden los mecanismos que conducen a la enfermedad y los síntomas. Tau puede existir en múltiples formas, o conformaciones, y la investigación ha demostrado que algunas de estas conformaciones son perjudiciales, dando lugar a aglomeraciones tóxicas y a la interrupción de las vías de señalización dentro de las células. El NINDS apoya una serie de estudios para caracterizar y distinguir las diferentes conformaciones de tau y comprender su papel en la enfermedad. Los investigadores también están desarrollando modelos animales de la PSP y otros trastornos relacionados con tau, incluidos modelos de mosca de la fruta y pez cebra, para investigar los mecanismos de la enfermedad y realizar pruebas preclínicas de posibles fármacos. Otros estudios en modelos animales se centran en los circuitos cerebrales afectados por la PSP, como los que intervienen en el control motor y la regulación del sueño, que también pueden aportar información sobre los mecanismos de la enfermedad y los tratamientos. Debido a que los síntomas de los individuos con PSP progresan más rápidamente que en otras tauopatías, algunos investigadores creen que una terapia anti-tau mostrará beneficios más rápidamente en los ensayos clínicos de la PSP.

La Red de Investigación Clínica de Enfermedades Raras, que está dirigida por el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Translacionales (NCATS) de los NIH, está diseñada para avanzar en la investigación médica de las enfermedades raras facilitando la colaboración en la investigación, la inscripción en los estudios y el intercambio de datos entre los investigadores de enfermedades raras. Un consorcio de investigación financiado por este proyecto estudia los trastornos neurológicos, incluida la PSP. Para más información sobre la Red de Investigación Clínica de Enfermedades Raras, véase http://www.ncats.nih.gov/research/rare-diseases/ordr/rdcrn/rdcrn.html.

La investigación en curso apoyada por los NIH sobre enfermedades relacionadas y más comunes con características compartidas, como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer, probablemente arrojará información sobre la PSP, al igual que el estudio de la PSP puede ayudar a arrojar luz sobre las enfermedades de Parkinson y Alzheimer. La investigación sobre estas enfermedades y otros trastornos se puede encontrar utilizando NIH RePORTER (http://projectreporter.nih.gov), una base de datos de búsqueda de proyectos de investigación actuales y pasados apoyados por los NIH y otras agencias federales. RePORTER también incluye enlaces a publicaciones y patentes que citan el apoyo de estos proyectos.

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¿Dónde puedo obtener más información?

Para obtener más información sobre los trastornos neurológicos o los programas de investigación financiados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (National Institute of Neurological Disorders and Stroke), póngase en contacto con la Red de Recursos e Información sobre el Cerebro (BRAIN) del Instituto en:

BRAIN
P.O. Box 5801
Bethesda, MD 20824
800-352-9424

También puede obtener información de las siguientes organizaciones:

CUREPSP (Foundation for PSP|CBD and Related Brain Diseases)
1216 Broadway, 2nd Floor
Nueva York, NY 10001
[email protected]
Tel: 347-294-2873; 800-457-4777

Organización Nacional de Enfermedades Raras (NORD)
55 Kenosia Avenue
Danbury, CT 06810
[email protected]
Tel: 203-744-0100; Voice Mail: 800-999-NORD (6673)
Fax: 203-798-2291

Biblioteca Nacional de Medicina (NLM)
Institutos Nacionales de Salud, DHHS
8600 Rockville Pike, Bldg. 38, Rm. 2S10
Bethesda, MD 20894
Tel: 301-496-6308; 888-346-3656

«Progressive Supranuclear Palsy Fact Sheet», NINDS, Fecha de publicación septiembre 2015.

Publicación del NIH No. 15-3897

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Parálisis Supranuclear Progresiva

Preparado por:
Oficina de Comunicaciones y Enlace Público
Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
Institutos Nacionales de la Salud
Bethesda, MD 20892

El material del NINDS relacionado con la salud se proporciona únicamente con fines informativos y no representa necesariamente el respaldo ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares ni de ninguna otra agencia federal. El consejo sobre el tratamiento o el cuidado de un paciente individual debe obtenerse a través de la consulta con un médico que haya examinado a ese paciente o esté familiarizado con su historial médico.

Toda la información preparada por el NINDS es de dominio público y puede ser copiada libremente. Se agradece que se cite al NINDS o a los NIH.

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