Un hombre de 27 años con antecedentes de infección por el VIH acudió al hospital tras 3 días de fiebre, sudores nocturnos y erupción en el pecho, el abdomen y las extremidades (figura 1). El paciente tenía tenosinovitis en la muñeca izquierda, pero no presentaba inflamación ni sensibilidad en las articulaciones. Informó de que había mantenido relaciones sexuales sin protección con una pareja masculina, pero no presentaba síntomas genitourinarios. Había seguido la medicación antirretroviral y su carga viral era indetectable. Se sospechó una infección gonocócica diseminada. En la anamnesis, el paciente aclaró que mantenía relaciones sexuales orales y anales receptivas.