Investigación

Descripción general y características

El canguro gris oriental, siendo ligeramente más pequeño que el canguro rojo, es de color gris acero en la parte superior, siendo la parte inferior de la cola y la delantera de color más claro. Tiene una cabeza pequeña con grandes orejas y una cola muy larga. El canguro tiene un hocico muy peludo con finos pelos entre la fosa nasal y el labio superior. Alcanzan hasta 2 metros de altura y 120 libras de peso. Los canguros grises orientales son animales de pastoreo, siendo la hierba su alimento preferido. Suelen descansar a la sombra durante el día y se alimentan a última hora de la tarde o a primera hora de la mañana.

Adaptaciones al entorno

Los canguros grises orientales tienen muchas adaptaciones específicas que les ayudan a sobrevivir mejor en su hábitat. Tienen una larga cola que utilizan para equilibrarse y como apoyo para ponerse de pie. Tienen cuatro extremidades, siendo las delanteras mucho más pequeñas que las traseras. Sus manos tienen cinco dígitos, lo que facilita el agarre de objetos. Los canguros tienen un excelente sentido del olfato, la vista y el oído. Son capaces de girar sus orejas para enfocar una dirección específica, lo que les ayuda a detectar a los depredadores antes de que puedan verlos. Sus poderosas patas traseras les permiten alcanzar velocidades de hasta 56 km/hora, recorrer largas distancias y saltar hasta una altura de 3 metros y una longitud de 6 metros. Las hembras tienen una bolsa en la parte delantera donde pueden proteger a las crías de los depredadores. Cuando los canguros perciben el peligro, golpean el suelo con sus patas traseras para advertir al resto de la manada.

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Un canguro gris oriental corriendo por un campo. Sus poderosas patas le permiten recorrer largas distancias y alcanzar velocidades de hasta 56 km/h. © Katie Grandis.

Clasificación

• Dominio: Animalia
• Phylum: Chordata
• Clase: Mammalia
• Orden: Diprotodontia
• Familia: Macropodidae
• Género: Macropus
• Especie: Macropus giganteus

Hábitat

El canguro gris oriental vive en las partes orientales de Australia y Tasmania, en las llanuras interiores y a lo largo de la costa. Viven en manadas en las praderas o en bosques abiertos. Los machos maduros, líderes de la manada, viven con 2 ó 3 machos jóvenes y 2 hembras jóvenes con sus crías. Estas manadas suelen pastar juntas.

Características reproductivas

La época de mayor reproducción del canguro gris oriental es durante los meses de verano, y el periodo de gestación (la gestación de un embrión o feto) suele durar unos 36 días. Al nacer, el cachorro se mete en la bolsa de la madre y se adhiere a una de las cuatro tetas. Allí permanecerá durante unos 300 días. La madre puede aparearse mientras la cría está en la bolsa, pero los huevos fecundados no pueden desarrollarse hasta que ella se vaya. Los machos suelen alcanzar la madurez sexual a los 20 meses, mientras que las hembras lo hacen a los 17. Estas características benefician al canguro porque la madre es capaz de sostener y proteger a la cría hasta que sea lo suficientemente mayor y fuerte para sobrevivir por sí misma. Los canguros tienen pocos enemigos, salvo los dingos, pero como les gusta alimentarse en los campos de los granjeros y saltar sus vallas, se les dispara con frecuencia. Por ello, los canguros deben moverse con rapidez para evitar ser heridos y evitar que sus crías sufran daños. La bolsa proporciona la protección necesaria para que las crías sobrevivan hasta que maduren.

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Aquí hay una canguro con su cría. En la bolsa, el cachorro se pegaba a una de las cuatro tetas de la madre y permanecía allí durante aproximadamente 300 días para protegerse. © Katie Grandis.

Importancia para el ecosistema

Debido a que los canguros son animales de pastoreo, controlan el crecimiento y la propagación de las hierbas y otros follajes. Esto podría provocar la degradación del suelo si no se controla, pero no es suficiente para considerarlos un peligro ecológico.

Especies comunes o en peligro de extinción

Los canguros grises del este no son una especie en peligro de extinción. Hay cerca de 2 millones en Australia y sus alrededores. Han sido cazados por los aborígenes australianos por su piel y su carne durante miles de años. Aunque no están en peligro inmediato de extinción, los canguros están ahora protegidos por ley. Su población sigue aumentando, y la caza está controlada por el gobierno australiano.

Super-Aussie salva el ecosistema

Una vez, en una pradera australiana muy, muy lejana, dos canguros grises del este se enamoraron. Pertenecían a dos manadas diferentes y se encontraron un día pastando por un campo. Se hicieron muy amigos y pronto se enamoraron. Y una noche estrellada se comprometieron. Unos meses más tarde, cuando se casaron, los dos canguros decidieron que era hora de tener un cachorro. Después de unos treinta y seis días de espera, nació su pequeña cría, a la que llamaron Aussie. Inmediatamente se metió en la bolsa de su madre y se pegó a una de sus tetas. Aussie permaneció allí durante 300 días. Finalmente, después de casi un año, abandonó la bolsa de su madre. Aussie era de color gris acero y tenía una larga cola que le ayudaba a mantener el equilibrio. Su cabeza era pequeña, con grandes orejas y un hocico peludo. Como todos los demás cachorros, Aussie creció hasta medir dos metros y pesar alrededor de 120 libras.

Por fin, Aussie fue a su primera excursión de pastoreo con su pandilla. Viajaron a una pradera lejana donde nunca había estado antes. Todos pastoreaban lentamente en la hierba, masticando aquí y allá, ¡pero los padres de Aussie no podían creer lo que veían! ¡Aussie estaba pastando más rápido de lo que ningún canguro había hecho antes! Engullía la hierba más rápido que la velocidad de la luz. Fue entonces cuando sus padres se dieron cuenta de que esa era su verdadera vocación. Sus padres sentaron a Aussie un día y le informaron de su superpoder de canguro. Aussie no tenía ni idea de que su capacidad de pastoreo era tan increíble. Estaba tan contento y orgulloso de su habilidad que cada vez que salía con su pandilla, se abalanzaba por el campo, tan alegre como podía serlo. Pasaron los años y Aussie decidió poner en práctica sus habilidades de supercanguro y se convirtió en Super-Aussie. Cada vez que un ecosistema estaba en peligro, Aussie era llamado para salvar el día. En un abrir y cerrar de ojos, era capaz de controlar la hierba crecida junto con otros tipos de follaje y salvar la vida de muchos pequeños herbívoros. Todos los canguros machos querían ser él, y todas las canguros hembras querían llamarlo suyo. Todos lo admiraban y lo miraban. Bueno, todos menos uno.

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¡Aussie era capaz de pastar más rápido que cualquiera de los otros canguros! El pastoreo es de gran importancia para el ecosistema ya que controla el crecimiento de la hierba así como de otros follajes.

Al herbívoro grande, malo y egoísta le encantaba que la hierba creciera mucho porque los herbívoros más pequeños no podían comerla. Esto le permitía a él y a su especie tener una variedad mucho mayor de hierba para elegir, y nunca pasaban hambre. Por eso, cuando llegaban turbas de canguros a pastar, controlaban el crecimiento de la hierba y del resto del follaje. Se quedaba teniendo que compartir con los otros herbívoros. Así que un día decidió hacer algo al respecto. El gran herbívoro malo preparó una trampa para capturar a todos los canguros y evitar que se comieran su hierba. Plantó su hierba mágica de crecimiento extra, que crecía cien veces más rápido que la hierba normal. Los canguros no pudieron seguir el ritmo de esta nueva hierba y pronto quedaron atrapados en el follaje. Lloraron y lloraron y masticaron y masticaron pero nada de lo que hicieron pudo liberarlos de este monstruo verde.

El gran herbívoro decidió entonces hacer una hoguera para celebrar su reciente éxito. Recogió toda la madera que pudo encontrar y creó un pozo de fuego en la hierba. Tomó el encendedor de su bolsillo trasero y encendió la madera. Antes de que se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, las llamas lo envolvieron. Como los canguros no controlaban la propagación de la hierba, el fuego se extendía rápidamente. No sabía qué hacer. No había nadie que pudiera salvarle porque todos los canguros estaban atrapados en la larga hierba. Estaba solo para luchar contra el fuego por sí mismo.

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El fuego se extendió rápidamente porque los canguros no estaban controlando la longitud de la hierba. El herbívoro quedó atrapado en el fuego abandonado a su suerte © Katie Grandis.

Aussie no había tenido que hacer mucho para salvar el este de Australia. Parecía funcionar sin problemas sin su intervención. Hasta que, haciendo uso de sus sentidos agudizados, vio que las llamas se acercaban a kilómetros de distancia. Podía oler el fuego ardiendo e incluso oír los gritos de los otros canguros. Se puso las botas y el traje y se convirtió en Super-Aussie. Saltó tan rápido como pudo hacia el caos. Fue una gran caminata. Había montículos de tierra, ríos y arroyos, bosques y troncos. Tuvo que saltar una valla de casi tres metros de altura. Finalmente llegó al lugar del incendio y vio que todos los canguros estaban atrapados. Entonces, con el rabillo del ojo, vio al gran herbívoro atrapado en el fuego, temblando de miedo. El gran herbívoro gritó «¡Lo siento! ¡No era mi intención! ¡Sólo quería hacer una fogata esta noche! Ayúdenme». Como la hierba crecía tanto, se incendió y se extendió con gran rapidez. Estaba fuera de control. Así que Super-Aussie sacó su «Domador de Fuego» y consiguió apagar todo el fuego. Atravesó el muro de fuego y consiguió salvar a todas las criaturas atrapadas en la hierba. Todas ellas estaban muy agradecidas.

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Super-Aussie salvó el día. Liberó a todos los canguros e incluso salvó la vida del gran herbívoro malo. © Katie Grandis.

Después de ser sacado de la hierba y fuera de cualquier peligro, el gran herbívoro se dio cuenta de que había hecho mal. Pidió disculpas a los canguros y a todas las criaturas cuyas vidas había puesto en peligro. A continuación, dio las gracias a Super-Aussie por haberle salvado la vida. El herbívoro aprendió que todos los organismos contribuyen al bienestar del ecosistema y que los canguros juegan un papel importante en mantener la hierba bajo control.