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La Boca, el barrio de Buenos Aires famoso por sus casas de colores, su tango y su equipo de fútbol, es el lugar que figura en la agenda de todo visitante.
La pieza central es la franja empedrada, El Caminito, o pequeño paseo. La antigua ruta ferroviaria está flanqueada por las brillantes fachadas que hacen que La Boca sea una postal perfecta.
El Caminito, que lleva el nombre de una canción de tango de 1926, cuenta con una feria al aire libre en la que los artistas venden sus productos y los bailarines de tango se pasean por la acera entre las fotos con los turistas.
Pero La Boca es mucho más que lo que ve el turista ocasional. Al igual que el Lower East Side de Nueva York y el East End de Londres, La Boca fue el barrio donde los nuevos inmigrantes se establecieron por primera vez cuando llegaron a Buenos Aires.
Debido a cuestiones de seguridad, La Boca es el único barrio de Buenos Aires para el que recomendamos encarecidamente una excursión, ya sea de un día completo o de medio día que incluya La Boca y otros lugares famosos como la Plaza de Mayo con nuestro amigo irlandés, o si eres aventurero, una excursión en bicicleta de un día completo que incluya La Boca y Caminto.
El barrio puede derivar su nombre de su ubicación en ‘La Boca’ (la desembocadura) del Riochuelo, como se suele llamar al río Mantanza.
El barrio junto al puerto es un punto obvio para que los barcos desembarquen y los historiadores dicen que los españoles desembarcaron por primera vez en La Boca ya en 1536.
Durante su temprana expansión colonial los colonizadores alojaron a los esclavos africanos en esta zona. Tras la independencia de Argentina, muchos de los liberados se quedaron. Con la llegada de la revolución industrial, La Boca se convirtió en una zona de astilleros con plantas de curado de carne y curtidurías.
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Xeneizes, Tango y Lunfardo
El asentamiento masivo en La Boca comenzó en 1830, con una afluencia de inmigrantes de Génova, Italia. Al provenir de una ciudad portuaria, era natural que los genoveses se instalaran en la costanera de Buenos Aires. Había tantos genoveses en La Boca en esa época que algunos dicen que el nombre es una derivación del nombre Boccadasse, un barrio de Génova.
Los recién llegados construyeron viviendas de chatarra y pintaron las chozas con restos de pintura marina brillante para animar el antiguo terreno baldío.
Pronto, a los italianos se les unieron inmigrantes de España, Francia, Inglaterra, Irlanda, Europa del Este y Grecia, entre otros. La mezcla intercultural dio origen al tango, aunque el término no se acuñaría hasta finales de la década de 1890. Los trabajadores de las fábricas y los puertos se reunían para bailar en los salones centrales de los conventillos y competían por captar la atención de las pocas mujeres disponibles en la época.
La Boca también jugó un papel fundamental en la creación del argot argentino, el lunfardo. El vocabulario surgió del cocoliche, una mezcla de dialectos italianos que los inmigrantes utilizaban para comunicarse entre sí. Incluso el famoso equipo de fútbol del barrio, La Boca Juniors, se llama también Los Xeneizes, derivado de la palabra «genovés» en el dialecto italiano.
A principios del siglo XIX, la zona era la segunda más poblada de Buenos Aires, pero la construcción de un nuevo puerto en Puerto Madero hizo que la industria naviera se desplazara hacia el norte. A medida que Argentina entraba en su época dorada, los residentes se trasladaron más hacia el interior y La Boca comenzó a declinar.
El renacimiento de La Boca
Un renacimiento de El Caminito y La Boca en la década de 1950 fue liderado por el artista, Quinquela Martín. El afamado huérfano de La Boca fue abandonado al nacer, adoptado y pasó buena parte de su infancia en La Boca. Tras estudiar dibujo en una escuela nocturna de La Boca, acabó convirtiéndose en uno de los pintores más famosos de Argentina y en un importante filántropo del barrio.
Después de que la línea del tren General Roca, que pasaba por aquí, cerrara en 1954, Martín se puso a trabajar para salvar el barrio. Reunió a los vecinos para que pintaran las casas de colores vivos, emulando a los primeros inmigrantes. Los artistas empezaron a hacer teatro al aire libre utilizando las coloridas casas como telón de fondo.
A instancias de Martín, en 1959 el gobierno de la ciudad declaró oficialmente la calle El Caminito como museo al aire libre. Se llama así en honor al amigo de Martín, Juan de Dios Filibrito, un antiguo residente de La Boca que fue coautor de la melodía de tango del mismo nombre.
Seguridad en La Boca
Como en la mayoría de los lugares en los que una popular atracción turística se encuentra en medio de un barrio económicamente desfavorecido, La Boca puede ser peligrosa para los visitantes que se desvían del camino turístico. Lee nuestros consejos de seguridad para conocer algunos de los delitos más comunes cometidos contra los turistas en Buenos Aires y cómo evitar convertirte en un objetivo.
La mayoría sólo ve El Caminito, sus pocas calles aledañas y La Bombonera el estadio donde Diego Maradona se convirtió en ‘Dios’ para sus fanáticos.
Para los valientes viajeros de bajo perfil que quieran explorar más el barrio, hay muchos sitios interesantes aquí, sólo no lleves nada que no puedas perder.
Una buena forma de explorar La Boca con relativo anonimato es en bicicleta o apostar por la fuerza en los números y tomar un tour.
Si te diriges a La Boca por la noche para comer en una de sus muchas cantinas como el asador El Obrero o para bailar tango, el consejo habitual es tomar un taxi o uber hacia y desde tu destino.
Consejos de seguridad en La Boca:
– No lleves nada que no puedas permitirte perder.
– Ten cuidado al desviarte del camino turístico, que incluye El Caminito y las pocas cuadras que lo rodean.
– Nunca lleves una camiseta de River Plate a La Boca – ¡es el mayor rival del equipo de fútbol y te estarías buscando problemas!
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