Hace cuatro años Héroes era uno de los mayores programas de televisión de Estados Unidos. Tras una primera temporada aclamada por la crítica, ocho nominaciones a los Emmy y un Globo de Oro al mejor drama televisivo, 17 millones de espectadores sintonizaron el inicio de la segunda temporada. Cuatro años después, la serie que iba a convertirse en la nueva Lost se canceló de la forma más ignominiosa posible: el anuncio se hizo casi de pasada en una presentación de la NBC, tres meses después de que se emitiera el que sería el último episodio.
Para entonces, la otrora lucrativa franquicia (en su apogeo, la NBC vendía todo tipo de productos relacionados con Heroes, desde revistas y novelas gráficas hasta figuras de acción y ropa) sólo era vista por 4,4 millones de personas y no fue una sorpresa escuchar a la NBC citar el aumento de los costes de producción y la caída de los índices de audiencia como las razones de la cancelación de la serie. Las cadenas con problemas de liquidez son menos propensas a continuar con estos dramas de alto coste.
Pero incluso para los estándares de la televisión estadounidense, la desaparición de Héroes fue rápida. Se puede decir que nada volvió a ser lo mismo después de esa primera temporada tan bien tramada en la que todo giraba en torno a una simple frase: «Salva a la animadora, salva al mundo».
Lamentablemente, a medida que la serie avanzaba, resultó que la casi perfecta primera temporada era una especie de anomalía. Desde la desastrosa cantidad de tiempo que Hiro pasó atrapado en el antiguo Japón hasta el número cada vez más ridículo de poderes que tanto Peter Petrelli como su némesis, Sylar, consiguieron adquirir, se hizo evidente que Heroes era una serie que se hundía bajo el peso de su propia mitología. Mientras tanto, las tentadoras insinuaciones de un mundo futuro distópico en el que no se podía confiar en nadie resultaron menos atractivas una vez que nos dimos cuenta de que los guionistas no tenían ni idea de cómo llevar a sus Héroes hasta allí.
El creador de la serie, Tim Kring, se mantuvo optimista tras la cancelación, dando las gracias tanto a los fans como a la cadena y diciendo que estaba «ultimando las discusiones sobre una serie de formas de mantener vivo el universo de Héroes para sus fans».
Se espera que esas discusiones se centren en una película de dos horas hecha para la televisión, aunque -como podrían decir los fans de series tan diversas como Deadwood y Veronica Mars- sólo porque hablen bien de una película, no significa que vaya a suceder realmente.
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