Usos medicinales
Las hojas de yerba santa calientan y estimulan el sistema respiratorio; reducen la inflamación de los senos nasales, la garganta y los pulmones; y secan las secreciones excesivas de los pulmones o del tracto respiratorio superior. Tomar la tintura de hojas para aliviar el asma crónica, la bronquitis o las alergias estacionales acompañadas de una secreción mucosa copiosa y fácilmente expectorable, pero hay que tener en cuenta que las hojas de yerba santa pueden ser muy astringentes. Si se toma en dosis más altas -más de unas 45 gotas- el efecto de secado puede hacer que su lengua se sienta como si la hubieran escurrido, pero si se toma en dosis más pequeñas, encontrará que la yerba santa primero seca suavemente y luego rehumedece y refresca las membranas mucosas.
El té enfriado o la tintura en agua a temperatura ambiente acelera la curación de las infecciones del tracto urinario caracterizadas por la descarga de moco. El té bebido caliente o la tintura en agua caliente favorece la sudoración y aumenta la circulación en las extremidades y en la superficie de la piel.
También conocida como hierba del consumidor, la hoja de yerba santa tiene un historial de uso para el tratamiento de la tos tuberculosa y la emaciación. Su alto contenido en flavonoides, representado por su sabor dulce, apunta a su capacidad para nutrir, construir y mantener la integridad de los tejidos.
La yerba santa tiene una característica de sabor muy interesante: empieza siendo amarga y poco a poco se vuelve más dulce. Nos enseña a encontrar la dulzura en las experiencias amargas de la vida al hacernos conscientes del poder iniciático del trauma. De manera similar, a través de su asociación con el fuego, la yerba santa nos alinea con el mito del ave fénix que resurge de las cenizas.
Quemar las hojas como un sahumerio para purificar los espacios y limpiar las energías pesadas u oscuras de las personas. Tritura las hojas y añádelas a las mezclas de hierbas para fumar para ayudar a eliminar la mucosidad de los pulmones.