Hoy se celebra el Cinco de Mayo, que conmemora la victoria mexicana sobre los franceses en la batalla de Puebla en 1862. En México, la celebración no es tan importante como el día de la independencia de la nación, el 16 de septiembre. Pero, al igual que el Día de San Patricio es mucho más importante para los expatriados irlandeses y sus descendientes que en Irlanda, las festividades del Cinco de Mayo se han convertido en una forma popular para los mexicano-americanos de celebrar su herencia cultural.
Cinco de Mayo o no, siempre es un buen momento para brindar por una de las exportaciones más queridas de México, la margarita. En su forma clásica -tequila, zumo de lima y Cointreau o Triple Sec, servido en un vaso con borde salado- es una combinación perfecta de dulce, salado, ácido y amargo.
Como ocurre con tantas cosas populares, más de una persona ha afirmado haber inventado la margarita. Una de las historias más extendidas es que Carlos «Danny» Herrera desarrolló la bebida en su restaurante de la zona de Tijuana, el Rancho La Gloria, alrededor de 1938. Según la leyenda, Herrera ideó el cóctel para una de sus clientas, una aspirante a actriz llamada Marjorie King que era alérgica a todo tipo de alcohol fuerte que no fuera el tequila. Para hacer el licor más apetecible para su quisquillosa clienta, combinó los elementos de un chupito de tequila tradicional -un toque de sal y una cuña de lima- y los convirtió en una bebida refrescante.
Otro de los principales aspirantes al título de inventor es Margarita Sames, una acaudalada mujer de la alta sociedad de Dallas que afirmó haber preparado la bebida para sus amigos en su casa de vacaciones de Acapulco en 1948. Entre sus invitados con buenos contactos estaba Tommy Hilton, que acabó añadiendo la bebida al menú del bar de su cadena hotelera.
Sin embargo, según The Complete Book of Spirits de Anthony Dias Blue, el primer importador de José Cuervo en Estados Unidos se anunciaba con el eslogan «Margarita: es más que un nombre de chica» en 1945, tres años antes de que Sames afirmara haber inventado la bebida.
En contraste con la difusa génesis del cóctel, el origen de una máquina que ayudó a simplificar la elaboración de una de sus muchas formas está bien documentado. En 2005, el Museo Nacional de Historia Americana del Smithsonian adquirió la primera máquina de margaritas congeladas del mundo, inventada en 1971 por el restaurador de Dallas Mariano Martínez.
Las modas de los cócteles pueden ir y venir, pero la popularidad de la margarita se ha mantenido constante desde su invención, cuando y donde quiera que haya sido.