En la música y la danza, un renacimiento del canto popular tradicional ha ido de la mano de la imitación de la música moderna occidental e india. La música afgana difiere de la occidental en muchos aspectos, sobre todo en sus escalas, intervalos de notas, tono y ritmo, pero está más cerca de la música occidental que de la asiática. Los afganos celebran sus fiestas religiosas o nacionales, y especialmente las bodas, con bailes públicos. La ejecución de la danza attan al aire libre ha sido durante mucho tiempo una característica de la vida afgana. Se convirtió en la danza nacional de los pastunes y luego de todo el país. Sin embargo, bajo el régimen talibán, todos los espectáculos de música y danza -e incluso escucharlos o verlos- estaban prohibidos por considerarlos no islámicos.
El patrimonio literario de Afganistán es uno de los más ricos de Asia Central y es heredero de varias tradiciones étnicas y lingüísticas. Herāt, en particular, fue un destacado centro de búsqueda literaria y erudita persa; el autor en lengua árabe al-Hamadhānī se estableció allí en el siglo X, al igual que el famoso poeta en lengua persa Jāmī 500 años después. El teólogo Fakhr al-Dīn al-Rāzī se estableció en Herāt en el siglo XII, y en el siglo siguiente la ciudad de Balkh, que fue un gran centro de aprendizaje, fue el lugar de nacimiento del renombrado poeta Jalāl al-Dīn al-Rūmī (aunque este último abandonó la región a una edad temprana). El gran jefe y poeta afgano Khushḥāl Khan Khaṭak fundó la literatura pastún en el siglo XVII.
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo desde 1922 han sacado a la luz numerosas obras de arte de los periodos preislámico e islámico. El renacimiento de las artes tradicionales y el interés por las nuevas formas de expresión han dado un nuevo dinamismo a la creación artística. Entre los nuevos pintores, algunos se inspiran directamente en la escuela de Herāt del periodo timúrida del siglo XV; otros están influidos por los estilos occidentales. Entre principios de la década de 1950 y mediados de la de 1970, el gobierno fomentó la restauración y redecoración de algunos de los antiguos monumentos de valor arquitectónico. Sin embargo, las antiguas estatuas de Buda de las cuevas de Bamiyán, en el centro de Afganistán, conocidas en todo el mundo, fueron destruidas en 2001 después de que los talibanes las condenaran por idólatras. La destrucción fue denunciada en todo el mundo.
La Escuela de Bellas Artes se estableció en Kabul en la década de 1930. En arquitectura se conservan las técnicas tradicionales timúridas, sobre todo en el diseño de los muros exteriores de mezquitas o tumbas. La artesanía incluye las mundialmente conocidas alfombras afganas y los utensilios de cobre. Las instituciones culturales de Afganistán sufrieron mucho durante el periodo de guerra civil, sobre todo bajo los sucesivos regímenes de los muyahidines y los talibanes; en la actualidad, la mayoría han desaparecido o están en suspenso. Sin embargo, en febrero de 2002, la Galería Nacional de Arte reabrió sus puertas tras haber conseguido ocultar muchos de los tesoros que tenía a su cargo durante el gobierno talibán.