¿Qué es la miastenia grave? Es posible que haya escuchado este término y haya pensado que suena como si alguien tuviera la boca llena de canicas. Muchos propietarios de perros no tienen idea de lo que es realmente la miastenia gravis y cómo afecta a los perros.
¿Qué es la miastenia gravis?
La miastenia grave es un trastorno neuromuscular que puede afectar a perros, gatos y humanos. Es causada por una deficiencia de los receptores de acetilcolina en la superficie de las células musculares. La falta de receptores de ACh adecuados causa una interrupción en las señales entre los nervios y los músculos, lo que lleva a la debilidad muscular en varias partes del cuerpo.
Cómo los perros obtienen la miastenia gravis
La miastenia gravis puede ser congénita (presente en el nacimiento) o adquirida. Aunque ninguna de las dos formas es muy común en los perros, la forma congénita es la más rara.
La miastenia gravis congénita generalmente se hace evidente en los cachorros entre las seis y ocho semanas de edad. Estos perros no nacieron con una cantidad adecuada de receptores ACh. Suelen mostrar signos de debilidad inducida por el ejercicio que puede progresar hasta la parálisis e incluso la muerte. Algunas razas de perros son propensas a la miastenia gravis, como el Springer Spaniel, el Jack Russell Terrier y el Smooth Fox Terrier. Algunos perros salchicha nacen con una forma de miastenia gravis que realmente se resuelve por sí sola.
La miastenia gravis adquirida comienza en perros adultos, normalmente alrededor de los dos o cuatro años de edad. Se trata de una forma inmunomediada de miastenia gravis. Los anticuerpos del perro destruyen los receptores ACh, provocando una deficiencia. La miastenia gravis adquirida puede afectar a cualquier perro, pero ciertas razas de perros pueden estar predispuestas.
- Akita
- Dachshund
- Perro pastor alemán
- Golden Retriever
- Gran danés
- Labrador Retriever
- Newfoundland
Signos de miastenia grave en perros
Sin la cantidad necesaria de ACh-receptores, no puede haber una transmisión eficaz de la señal entre los músculos y los nervios. Los músculos se debilitan y no pueden realizar funciones corporales importantes. Los perros con miastenia gravis pueden mostrar una serie de signos.
- Intolerancia al ejercicio o debilidad al realizarlo
- Empeoramiento gradual de la debilidad
- Colapso repentino o caída
- Sueño con los ojos abiertos
- Caída de los párpados
- Babeo excesivo
- Estreñimiento/regurgitación
- Cambio al sonido de los ladridos y/o gemidos
- Dificultad para tragar (o deglución excesiva)
- Tos (puede indicar una neumonía por aspiración)
- Dificultad para respirar (puede indicar una neumonía por aspiración)
La debilidad muscular causada por la miastenia gravis puede ser generalizada (en todo el cuerpo) o focal (sólo aparece en zonas específicas del cuerpo). Las zonas focales más comunes afectadas son En cualquiera de los casos, los signos van de leves a graves.
La debilidad muscular generalizada debida a la miastenia gravis puede aparecer en algunos perros como una intolerancia al ejercicio que mejora con el descanso. Algunos perros simplemente tienen problemas para caminar y se cansan fácilmente. En el extremo opuesto, algunos perros pueden desarrollar una parálisis repentina debido a la miastenia gravis.
La debilidad muscular focal debida a la miastenia gravis suele afectar a los músculos del esófago, la faringe y la cara. Los signos pueden ser de leves a graves. La debilidad muscular focal de la miastenia gravis suele dar lugar a una afección denominada megaesófago. Este es quizás el signo más común de la miastenia gravis adquirida y es en realidad una afección secundaria.
El megaesófago es un agrandamiento del esófago (el tubo que conecta la garganta con el estómago). El esófago tiene músculos que se mueven en forma de onda, enviando alimentos y líquidos al estómago. Si un perro tiene megaesófago, el esófago pierde el tono muscular, se agranda y no puede funcionar correctamente. La comida y los líquidos pueden quedar atrapados en el esófago y/o ser regurgitados (escupidos) por el perro.
El megaesófago puede provocar fácilmente una neumonía por aspiración. Esto ocurre cuando la comida o el líquido se inhala en los pulmones y se desarrolla una infección. El esófago y la tráquea están uno al lado del otro, por lo que la comida o el líquido pueden llegar fácilmente a la tráquea si los músculos de esa región no funcionan correctamente.
La miastenia gravis adquirida también puede hacer que algunos perros desarrollen un tipo de tumor en el pecho llamado timoma.
Cómo diagnostican los veterinarios la miastenia gravis en perros
Si cree que su perro está mostrando signos de miastenia gravis o cualquier otra enfermedad, asegúrese de ponerse en contacto con su veterinario de inmediato.
Su veterinario comenzará por discutir la historia de su perro con usted y luego realizar un examen físico completo. Se pueden recomendar diagnósticos adicionales, como pruebas de laboratorio y radiografías (rayos X) para buscar problemas subyacentes. Es muy importante descartar otras enfermedades, trastornos o lesiones antes de hacer un diagnóstico definitivo. Su veterinario puede recomendarle que lleve a su perro a un especialista veterinario (normalmente un neurólogo veterinario) para que le ayude a hacer un diagnóstico definitivo.
Se puede hacer un análisis de sangre específico (prueba de anticuerpos AChR) para comprobar si hay anticuerpos contra los receptores de acetilcolina. Esta prueba puede diagnosticar eficazmente la mayoría de los perros con miastenia gravis.
Si los síntomas de su perro se notan fácilmente, entonces se puede administrar un medicamento especial para comprobar si hay miastenia gravis. Esto a menudo se llama una prueba de Tensilon. El perro recibe una inyección intravenosa de un inhibidor de la acetilcolinesterasa llamado edrofonio. Si el perro tiene miastenia gravis, entonces el fármaco provocará una mejora significativa (aunque temporal) de la debilidad muscular.
Tratamiento de la miastenia gravis en perros
No hay cura para la miastenia gravis. Lamentablemente, muchos cachorros nacidos con miastenia gravis no sobrevivirán. Sin embargo, existen tratamientos para la miastenia gravis adquirida que pueden ayudar a muchos perros a vivir una vida feliz. De hecho, algunos perros incluso experimentan una remisión espontánea después de ser diagnosticados.
La clave para tratar con éxito la miastenia gravis de su perro es comunicarse eficazmente con su veterinario y mantenerse diligente en el cuidado diario de su perro. Trabaje estrechamente con su veterinario para conseguir que su perro tenga el mejor plan terapéutico. Siga una rutina constante e informe inmediatamente de cualquier cambio en el estado de su perro. Los medicamentos deben administrarse siempre exactamente como los ha prescrito el veterinario. Nunca haga ajustes en el tratamiento sin consultar a su veterinario.
Pueden utilizarse diversos tratamientos para tratar a los perros con miastenia gravis.
Los agentes anticolinesterásicos (piridostigmina o neostigmina) se prescriben para mejorar la transmisión de la señal neuromuscular. Estos fármacos pueden prolongar la acción de la acetilcolina en la unión neuromuscular. Los perros con miastenia gravis adquirida suelen tener que seguir tomando este tipo de medicación de por vida. Para muchos perros, este tratamiento es suficiente para controlar sus síntomas.
Se puede considerar una terapia inmunosupresora si se necesita un tratamiento adicional. Debido a que la miastenia gravis adquirida es inmunomediada, los medicamentos inmunosupresores pueden ser eficaces. Su veterinario puede prescribirle corticosteroides para suprimir el sistema inmunitario. Sin embargo, la terapia inmunosupresora puede aumentar el riesgo de infecciones, especialmente para los perros con megaesófago que ya son propensos a desarrollar neumonía por aspiración.
El intercambio terapéutico de plasma es un tratamiento que a veces se utiliza para los seres humanos con casos graves de miastenia gravis. Está disponible para los perros en algunas regiones, pero su coste puede ser prohibitivo. El TPE consiste en extraer el plasma «enfermo» y sustituirlo por plasma de un donante sano. Esta terapia puede ser eficaz en perros con casos muy graves de miastenia gravis.
Los cuidados de apoyo son una parte importante del tratamiento de los perros con miastenia gravis.
- Los perros con megaesófago deben ser alimentados con grandes «albóndigas» de comida mientras están en posición vertical. Este tipo de alimentación puede permitir que la comida llegue al estómago de forma más eficaz y disminuir el riesgo de neumonía por aspiración.
- Puede ser necesaria la terapia de líquidos para evitar la deshidratación, especialmente en los perros que regurgitan líquidos.
- También pueden ser útiles los medicamentos para apoyar el sistema gastrointestinal (metoclopramida, cisaprida, cimetidina).
- Pueden ser necesarios antibióticos y tratamientos respiratorios (como nebulizadores) para tratar la neumonía por aspiración.
- En los casos graves de megaesófago, puede ser necesario colocar una sonda gástrica con el fin de suministrar alimentos directamente al estómago.
Tras el diagnóstico de miastenia gravis, puede ser necesaria la hospitalización para estabilizar a su perro, especialmente si los problemas secundarios son una preocupación. La hospitalización también ayudará a su veterinario a vigilar de cerca a su perro durante el período de ajuste de la medicación.
Dependiendo de la gravedad de la enfermedad de su perro, el cuidado diario puede requerir mucho tiempo (especialmente si su perro tiene megaesófago). Asegúrese de mantenerse organizado y prestar mucha atención a los detalles. No obstante, tenga paciencia con usted mismo y con su perro. Pida ayuda a sus amigos y familiares si es necesario. Considere la posibilidad de unirse a una comunidad de propietarios de perros con miastenia grave o megaesófago. Mantenga un registro de la medicación y los tratamientos diarios para que sea menos probable que las cosas se pierdan.
No importa lo estrechamente que controle a su perro, siempre es posible que ocurran problemas. Su perro puede necesitar ser hospitalizado periódicamente para tratar la neumonía por aspiración u otros problemas secundarios. Por eso es tan importante comunicar a su veterinario cualquier cambio en su perro, por pequeño que sea.