Una taza de cerezas dulces contiene 3 gramos de fibra dietética. Se recomienda que los adultos consuman entre 20 y 30 gramos de fibra al día (dependiendo de la edad, el sexo y otras estadísticas). Las investigaciones sugieren que una dieta rica en fibra puede prevenir el estreñimiento, disminuir el riesgo de desarrollar trastornos digestivos, reducir el colesterol, controlar el azúcar en sangre y ayudar a perder peso.
Esa misma ración de una taza de cerezas también contiene el 16 por ciento de la dosis diaria recomendada de vitamina C, una vitamina hidrosoluble que es esencial para el funcionamiento normal del organismo y un factor que contribuye a mantener un sistema inmunitario sano.
Las cerezas también son una buena fuente del nutriente potasio, con aproximadamente 260 miligramos en una ración de una taza. El potasio es uno de los principales electrolitos que mantienen el buen funcionamiento del cuerpo y desempeña un papel importante en las funciones de los músculos, el corazón, los riñones y las células nerviosas. También trabaja con otro electrolito, el sodio, para equilibrar los niveles de agua en todo el cuerpo.
Por último, las cerezas contienen boro, un mineral que ayuda a mantener el equilibrio del calcio y promueve la salud de los huesos. Algunas investigaciones sugieren que el boro puede desempeñar un papel en la prevención de la osteoporosis, una enfermedad en la que los huesos se vuelven frágiles y más propensos a romperse. Se desconoce el nivel de boro necesario en la dieta, pero muchos nutricionistas sugieren consumir entre 3 y 5 miligramos de boro cada día. Además de las cerezas dulces, el boro se encuentra en muchas otras frutas comunes, verduras de hoja y legumbres.
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