Cuba considera el béisbol su deporte nacional. Desde aproximadamente 1865 o 1866 este deporte se practica y forma parte de la vida de la mayoría de los cubanos. El 27 de diciembre de 1874 tuvo lugar el primer partido de béisbol en Cuba en un campo conocido como Palmar de Junco, en la provincia de Matanzas. En el partido, el equipo de La Habana derrotó al de Matanzas con el desequilibrado marcador de 51 a 9 carreras. Apenas cuatro años después de aquel acontecimiento, Cuba se convirtió en el segundo país del mundo en organizar un campeonato de béisbol profesional. Se jugó en un parque ubicado en la actual intersección de las avenidas Línea y G, actual ubicación del hospital «América Arias». En el partido inaugural, jugado el 29 de diciembre de 1878, el equipo de La Habana derrotó al de Almendares con un marcador de 21 a 20. El principal organizador del torneo fue Emilio Sabourín, un patriota que participó en la primera guerra de la independencia.
Sabourín fue, a su vez, el director del equipo de La Habana. En 1881 se inauguró el primer estadio. El Parque Almendares estaba ubicado en la esquina de las avenidas Salvador Allende y Ayestarán. No fue hasta los últimos años del siglo XIX y los inicios del XX, que el béisbol comenzó a jugarse en otros países del continente.
En La Habana, el primer campeonato amateur tuvo lugar en 1905. En 1914 se fundó la liga nacional de béisbol amateur, que celebró campeonatos durante más de 45 años. Junto a la liga nacional, se crearon localmente otras ligas en las provincias. Ejemplo de ello es la liga de Pedro Betancourt, en Matanzas; la Liga Amateur de Oriente; la liga de los azucareros de Camagüey; y la liga invernal de Jovellanos entre otras. En 1919, donde hoy se encuentra la terminal de autobuses de La Habana, se construyó una versión más moderna del Parque Almendares. El 15 de marzo de 1930 se inauguró el estadio de La Tropical, hoy Pedro Marrero. Ese parque acogió los segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en La Habana en 1930. En el período de 1939 a 1944 se vivieron momentos de esplendor para el béisbol nacional, pues se celebraron en la capital de la isla las primeras series mundiales amateurs.
A partir de 1944 se celebraron en otros países latinoamericanos donde también fueron bastante populares. El 26 de octubre de 1946, el gran estadio de El Cerro, hoy «Estadio Latinoamericano», abrió oficialmente sus puertas con una capacidad inicial para 30 000 personas. Tras la necesaria reforma, proyecto ejecutado en 1973, la capacidad inicial casi se duplicó (55 000 personas). Aquel legendario parque fue testigo del debut de los Havana Cubans de la Liga Internacional de Florida. Acogió también los campeonatos de la liga cubana de béisbol, en la que participaron peloteros de Grandes Ligas y otros de otros niveles. Muchas otras figuras destacadas de la época también debutaron en el Gran Estadio del Cerro.
Entre las figuras importantes del béisbol cubano que entraron en la historia del deporte para siempre, cabe destacar las siguientes: Conrado Marrero, José de la Caridad Méndez, Martín Dihigo, Adolfo Luque, Alejandro Oms, Cristóbal Torriente, Pedro «Natilla» Jiménez, Roberto Ortiz, Avelino Cañizares, Agapito Mayor, Fermín Guerra, Willy Miranda, Juan Ealo y Orestes Miñoso, por mencionar algunos. El triunfo de la revolución en 1959, trajo un cambio radical en las concepciones de la práctica del deporte, y el béisbol no fue la excepción. Mediante la Resolución 83-A, aprobada el 19 de noviembre de 1962, se erradicó por completo el deporte profesional. Se inició así una nueva y definitiva era en la que los equipos amateurs cubanos han demostrado su calidad en innumerables campeonatos, como los centroamericanos y caribeños, panamericanos, olímpicos y mundiales.