La Samhainofobia es el miedo a Halloween o el miedo a la fiesta de los muertos. El término Samhainofobia tiene su origen en «Samhuin», que significa fin del verano. La fiesta de Samhain era celebrada por los celtas para marcar la transición entre el verano y el invierno. La palabra Samhuin tiene raíces irlandesas, escocesas y gaélicas que generalmente significan «Víspera de Todos los Santos».
Se sabe que a muchas personas, especialmente a los niños, les aterroriza Halloween. Mientras que los países occidentales han hecho de Halloween una fiesta divertida que supone un negocio en auge para los fabricantes de caramelos y los vendedores de artículos de Halloween, para las personas de mente inquieta puede ser un momento angustioso. Cuando llega octubre, la gente y las tiendas empiezan a decorar sus patios con esqueletos, zombis malvados y otras cosas realistas y sangrientas. Naturalmente, para los niños que sufren de Samhainofobia, no es una época feliz. Muchos se niegan a dormir solos o pueden ser incapaces de expresarse, reaccionando únicamente en forma de rabietas, llantos o ataques de gritos.
Causas de la Samhainofobia
La Samhainofobia puede ser desencadenada por diferentes factores. Sin embargo, la razón más importante es un episodio negativo o traumático relacionado con Halloween.
En cuanto la gente y las tiendas empiezan a exponer artículos de Halloween, las mentes ansiosas crean una respuesta de huida o lucha: es la forma que tiene el cerebro de proteger al individuo de más noticias negativas o traumas. Esta sensación de ansiedad aumenta cada vez que el individuo ve una casa o una tienda decorada con fantasmas, brujas y máscaras de miedo.
El miedo a Halloween suele estar relacionado con el miedo a las arañas o la aracnofobia, ya que las arañas o las telas de araña se utilizan a menudo para la decoración de Halloween.
Llamar a la puerta de desconocidos para pedir dulces también puede ser una causa de ansiedad para algunos niños. Algunos de ellos podrían haber sido «engañados en lugar de ser tratados»: el trauma causado por ese episodio podría haberles inculcado el miedo a Halloween para toda la vida. A menudo, los padres dedican mucho tiempo a enseñar a sus hijos a no ir nunca a casas extrañas ni a hablar con personas desconocidas. En la noche de Halloween, animan al niño a hacer precisamente eso. Esto puede confundir al niño y aumentar su ansiedad ante los extraños.
Halloween también se celebra generalmente por la noche o cuando está oscuro en el exterior. Un niño con miedo a la oscuridad puede ser extremadamente reacio a salir al exterior, pero puede ser obligado a ir por sus padres o hermanos.
También se cree que Halloween es una época en la que los «espíritus vagan libremente por la tierra». Una persona que tenga un miedo terrible a la fobia a los fantasmas también podría desarrollar la Samhainofobia en esta época del año.
A menudo, las personas con ansiedad social o miedo a actuar ante grupos podrían desarrollar un miedo a Halloween, ya que se ven obligadas a participar en actividades sociales en contra de sus deseos.
Halloween también es una época para tallar calabazas pegajosas y pegajosas en caras terroríficas. Mientras que algunos niños podrían estar emocionados de hacerlo, tenerla encendida con una vela podría crear un efecto espeluznante que llevaría a la reacción opuesta en el niño.
Finalmente, la cultura popular, los programas de televisión y las películas como Halloween (donde un asesino desquiciado va en una juerga de asesinatos en la noche de Halloween), podrían sumarse a este miedo.
Síntomas del miedo a la fobia de Halloween
Algunos niños pueden no ser capaces de expresar sus temores sobre Halloween con claridad y los padres a menudo los descartan como irracionales o tontos. Sin embargo, el miedo a Halloween es una fobia muy real que los padres deben tomar en serio. Hay muchos síntomas físicos y emocionales de esta fobia. Normalmente se observan cerca de la festividad e incluyen:
- Ataques de pánico – náuseas, mareos, aceleración del ritmo cardíaco, respiración rápida, etc
- Una simple referencia a Halloween puede hacer que el niño se sienta aterrorizado. Puede sufrir un ataque de ansiedad total: gritar, intentar huir o esconderse, negarse a dormir solo, evitar las tiendas/casas en las que se exponen cosas de Halloween, negarse a ir al colegio, evitar el truco o trato, temer la oscuridad, etc.
Superar el miedo a Halloween
Los padres deben comprender y reconocer la ansiedad del niño por Halloween en lugar de ignorarla. Deben tratar con el niño con mucha paciencia. Deben tratar de averiguar qué es lo que provoca el miedo del niño y luego tratar de evitar esos desencadenantes. Los padres no deben obligar al niño a salir a pedir dulces, sino que deben intentar facilitarle las cosas eligiendo salir durante el día, o evitando las tiendas y los centros comerciales que tengan exposiciones de miedo.
Si los niños tienen pesadillas sobre Halloween, los padres deben intentar consolarlos/asegurarles que sólo es un sueño. Si es necesario, se debe buscar ayuda profesional de un psiquiatra.
En el caso de los adultos con Samhainofobia, es importante desensibilizarse gradualmente a los desencadenantes. Esto puede hacerse pensando en el objeto del miedo, o viendo imágenes de demonios, brujas/fantasmas o intentando visitar el pasillo de las tiendas con artículos de Halloween hasta que uno sea capaz de hacerlo sin tener un ataque de pánico.
Hablar con amigos, familiares y terapeutas capacitados también puede ayudar a uno a superar el miedo a la fobia a Halloween de una vez por todas.