Para que los miopes puedan enfocar los objetos lejanos sobre la retina, se debe interponer entre ésta y el objeto una lente divergente o negativa, ya sea en la forma de gafas, lente de contacto (lentillas) o lente intraocular.
Otra posibilidad es alterar el valor dióptrico de la córnea reduciendo su espesor mediante cirugía con láser. Se pueden aplicar varias técnicas, como la PKR, LASIK, LASEK, EPILASIK o RELEX-SMILE. Cuando no es posible la cirugía láser para corregir el defecto y el paciente no desea utilizar gafas ni lentillas, puede realizarse una intervención mediante la cual se coloca una lente intraocular.
Desde hace más de 30 años se utilizan lentes de contacto nocturnas que moldean la córnea y modifican su poder dióptrico por la presión que ejercen. Estas lentes se quitan al despertarse por la mañana y el paciente puede ver perfectamente durante todo el día sin necesidad de gafas ni lentes de contacto. El tratamiento se conoce como ortoqueratología. Se ha posicionado como una de los tratamientos más efectivos para controlar la subida de miopía en niños y adolescentes, ya que numerosos estudios muestran que ralentiza la subida de miopía hasta en un 43%. El efecto de la ortoqueratología (orto-k) es reversible si el paciente deja de usar las lentillas por la noche. En adultos se ha mostrado como una alternativa real a la cirugía refractiva.
Cuando hay una gran diferencia de refracción entre un ojo y otro (anisometría), el ojo de mayor graduación corre el peligro de no desarrollar por completo su potencial. El uso de la corrección adecuada puede mejorar la visión del ojo afectado si se realiza durante la infancia, antes de que termine el desarrollo visual.
En toda persona, incluso hipermétrope o emétrope, el ojo crece acompañando el ritmo de crecimiento corporal hasta una determinada edad. En los ojos miopes el eje anterior también aumenta con el crecimiento y por lo tanto aumenta la magnitud de la miopía. Además el trabajo prolongado en visión de cerca se ha revelado como un factor importante en la subida de la miopía (no solo en niños), también el desenfoque hipermetrópico periférico estimula el crecimiento axial del ojo y, por lo tanto, una subida de miopía. Es necesario recordar que la función tanto de gafas como de lentes de contacto es conseguir una visión correcta mientras se usan, aunque no tienen ningún efecto en la ralentización de la miopía.
En la actualidad se están adaptando para el control de la miopía lentes de contacto blandas con desenfoque periférico, aunque su implantación es muy reciente y aún no se tienen resultados concluyentes
En los últimos años la miopía se ha convertido en una epidemia en países orientales con más de un 80% de niños y adolescentes miopes. Para evitarlo, los profesionales de la visión recomiendan a los niños y adolescentes unas normas de higiene visual en el trabajo de cerca, en cuanto a mantener una adecuada distancia de lectura, buena iluminación y postura, así como realizar descansos cada cierto tiempo de lectura y practicar deportes al aire libre bajo la luz natural del día.